vi. the chamber of secrets

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El gran grupo de Slytherin estaba allí con la boca casi abierta viendo al hombre castaño y elegante frente a ellos. Ojos azules, alto, barba y vestimenta bastante elegante.

Cygnus no espero ni un segundo y se tiró a abrazar al hombre seguido de Draco.

-¡Estás aquí! ¡Estas aquí! -exclamo con emoción - Draco, ¿Lo ves, verdad? ¿No es un sueño? ¿Está aquí? -preguntaba el castaño como un niño chiquito con miedo a que fuera un sueño.

-¡Está aquí! ¡Está aquí! ¡No puedo creer que lo este! -siguió Draco con una sonrisa que achinaba aún más sus ojos grises.

Rabastan recibía los abrazos con cariño y los miraba como si fuera lo más preciado que tuviera.

-Yo también los extrañé, niños -Rabastan levantó la mirada y miro a Adhara- ¿No vas a venir a saludar a tu tío favorito?

Adhara no respondió y corrió a abrazarlo.

-¡Merlin, no puede ser! ¡Está aquí!

Rabastan soltó una gran carcajada y la recibió en sus brazos.

Hydra, Ginny, Adam, Pansy, Daphne, Theo y Blaise miraban la escena ajenos a la emotividad del momento.

Hydra podía jurar que incluso vio algunas lágrimas salir de los ojos de Adhara.

-Bien, mucho abrazo por hoy. Después nos pondremos al corriente -dijo el castaño mayor rompiendo el momento emotivo-. Bueno, mucho gusto a ustedes.

-Hola, profesor Lestrange, soy Ginevra Weasley. -la pequeña pelirroja fue la primera en hablar, sus mejillas un poco regordetas y sus trenzas en el pelo resaltaron.

-Ah, tú debes ser la aclamada señorita Weasley. Eres toda una celebridad, la única Weasley de Slytherin. -contestó el Lestrange mayor.

-Buenas tardes, profesor, soy..

-Adam Avery, lo se. El heredero Avery. -Rabastan sonrió-, tú debes ser Theodore Nott, ¿verdad? -el pelinegro asintió-, ustedes dos, Pansy y Daphne, las alabadas herederas de los Parkinson y los Greengrass.

-Un gusto, profesor. -dijo Pansy.

-Que bueno verlo, señor Lestrange. -Daphne sonrió.

-Tu, el único hombre al que Madame Zabini puede amar. -Blaise sonrió arrogante conociendo y sabiendo los actos de su madre.

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