Capítulo 12. Graduación

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Su nombre seguía en la pantalla de mi móvil esperando a que marcara para hacerle una llamada

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Su nombre seguía en la pantalla de mi móvil esperando a que marcara para hacerle una llamada. Deseaba escuchar su voz, pero otra parte de mí me decía que le diera su espacio.

Aunque en esta ocasión tal vez era mejor ponerlo al tanto de la situación, y si lo pensaba detenidamente, Max podría hacer eso por mí. Después de terminar el interrogatorio conmigo, el oficial Darlond se dispuso a hablar con Max, él se mantenía discreto y respondía cuando le hacían las preguntas. No dijo nada y tampoco puso en riesgo la reputación de Gastón.

Resoplé entre mis sábanas sin quitar la vista de la pantalla, estaba dándole muchas vueltas a una jodida y simple llamada. Parezco una niñita adolescente que estaba por llamarle al chico cool que tanto le gustaba.

Quité el móvil de mi vista y cerré mis ojos por un instante.

—Cálmate, Maddy, no seas infantil. Es solo una estúpida llamada —volví a ver la pantalla de mi móvil bloqueada—. Es una puta llamada —el fondo de mi pantalla era de dibujos lindos de órganos humanos—. Es una puta llamada...

Desbloqueé y entré a la aplicación de contactos, busqué el de Gastón y sin pensarlo marqué para hacer la llamada. Esperé unos segundos hasta que entró, estaba sonando.

—Maddy.

Mi corazón tuve un sobresalto al escuchar su voz ronca retumbando al otro lado de la línea.

Aclaré mi voz.

—Emmm... hola, Gastón.

¿Hola, Gastón? ¡Qué patética! No soy buena haciendo llamadas, nunca lo fui; Max siempre marcaba para encargar la pizza porque yo me ponía nerviosa y pedía cosas que no eran.

—¿Necesitas algo?

—En realidad, ha pasado algo grave, Gastón. Hoy vino un policía para interrogarnos por lo que sucedió en mi fiesta.

Escuché como susurraba algo y creo que pudo haber sido una palabra altisonante.

—¿Qué te dijo?

—Habló con Max y conmigo, él fue muy claro y quiere encontrar culpables. Parece que duda e hice todo lo posible por sonar segura, pero me quedé intranquila y me dijo que quiere interrogarte por lo sucedido.

—Lo que me faltaba.

—Sabía que tenía que hablarte para ponerte al tanto.

—¿Solo hablaste para decirme eso?

Pregunta trampa, concéntrate, Maddy.

—Era necesario que te enteraras de lo que ocurre, y bueno... —me mordí el labio muy dudosa—, quería escuchar tu voz.

No sé porque me lo imaginé con una sonrisa petulante.

—¿Nada más?

Puse los ojos en blanco. Carajo, los vampiros pueden llegar a ser seres muy irritantes por el ego que se cargan.

3° El amo del desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora