❝Hurricane.❞

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No estaba segura de en qué momento se había quedado dormida. Al abrir sus ojos, ya no estaba en la penumbra. Había amanecido. Cuando su mirada vagó a lo largo de la habitación, tuvo que detenerse en la puerta, al darse cuenta de que Camila se encontraba observándola desde el marco de la misma. Ya no llevaba puesta ropa de dormir, estaba bien arreglada. La forma de verla que tenía, sin embargo, no había cambiado. Aún tenía esa mirada indiferente, y algo distante. Lauren frotó sus ojos, incomodada por la enorme cantidad de luz proveniente por la ventana.  

  —  ¿Vas a ir a clase? —  Cuestionó la muchacha, mientras se acercaba a la cama. Por lo menos, sonaba más tranquila de lo que estaba por la noche. 

— Supongo que sí. Aunque tendré que ver cómo salir antes, para que mi mamá no me vea. — A sus profesores les llamarían la atención los moretones, y su malestar general, pero si no iba a la escuela ¿A dónde más iría?.  Ally y Normani eran sus únicas amigas, y ellas estarían en clase. Era obvio que quedarse sola en casa de los Cabello no era una opción.

 — Dinah y yo iremos a comprar helado. Me dijo que te invitara, así que si quieres venir, ponte alguna sudadera y ven. —  Se acercó al armario, para tomar dos de aquellas prendas, y dejarlas sobre la cama. 

— ¿Por qué debo ir con sudadera? — Frunció el ceño con suavidad, escogiendo una de las dos, la blanca. No quería llevarla, moriría de calor. 

—  Eres un poco tonta, ¿Verdad?. Es para que no te reconozcan, Lauser. No quiero que sepan que nos juntamos contigo, es vergonzoso. — El regreso de ese apodo despectivo le indicaba que ya no estaba enfadada, simplemente estaba siendo la Camila de siempre. Y si pensaba pasar todo el día con ella, era mejor que fuera así. Al parecer, asistir a clase no era una buena opción, y mientras se mantuviera lejos del área de trabajo de su madre, la cual se resumía en dos de los institutos en la zona, todo seguiría estando bien.

Se colocó la sudadera sin demasiado afán, y también se puso la capucha de la misma, dificultando el ser reconocida de lejos, y al estar de perfil. No le gustaban ese tipo de abrigos, y menos en verano, lo cual también ayudaba a hacerla pasar desapercibida a ojos de quienes la conocieran en el vecindario. Tras calzarse, estaba lista para irse de allí. Dinah llegó poco después, con su usual entusiasmo. Al dirigirse escaleras abajo, notó que eran las únicas en la casa. ¿Tan temprano salían los padres de su compañera?. 

— ¿Pudiste dormir algo anoche? — Sin importar esa felicidad que la rubia irradiaba, al ver las ojeras de su mejor amiga, algo en su rostro cambió. Tal vez los problemas para conciliar el sueño de Camila fueran importantes, o constantes. Mientras la susodicha cerraba la puerta, luego de que las tres salieran de la casa, suspiró. 

— Casi nada. Y por la mañana, alguien también procuró darme un disgusto, así que no pude dormir al amanecer tampoco.   — Musitó, señalando a Lauren con la mirada. El "También" en esa oración le dio de qué pensar. ¿Alguien más la había hecho enfadar antes que ella, y a eso se debía la falta de sueño?. 

— Puede que ese alguien deba regresar a su casa, entonces. — Dinah también se fijó en ella, con una mueca de desaprobación. 

— No fue mi intención molestarte. — Esa fue su única acotación, a modo de disculpa. 

La conversación entre Camila y Dinah era casi código morse para Lauren. Hablaban de personas, pero sin nombrarlas. Se referían a determinadas situaciones, pero sin ser claras. Utilizaban algunos códigos que sólo ellas dos conocían para nombrar a distintos individuos, y hacían un excelente trabajo en que la invitada no comprendiera de que estaban hablando. Se notaba que eran amigas de toda la vida, y que los secretos entre ellas no tendían a salir a la luz. No tenían ninguna intención de poner al tanto a Lauren del asunto, así que permaneció excluida de la conversación hasta llegar a la heladería. Sólo caminaba tras de ellas, siguiéndolas.

She keeps me Warm ;; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora