❝I'll fight it.❞

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Dinah tuvo que regresar a casa, aburrida de esperar a que Camila se despertara. Su madre la necesitaba allí, y ya no podía seguir en el hospital, por lo que Lauren quedó a cargo de la debilitada paciente. Jerry pasaba a verla cada tanto, al igual que una enfermera, pero era la adolescente quién pasó mayor parte de aquellas horas a su lado, controlando que estuviera bien. 

A las nueve de la noche, fue cuando decidió despertar. 

Estaba completamente desorientada, y la mano de Lauren sobre la suya no fue suficiente para brindarle algo de calma. Se incorporó de inmediato, viendo a su alrededor cómo si estuviera metida en una jaula. 

— ¿Que es esto, Lauren? ¿Por qué estoy en el hospital? 

— Casi mueres esta tarde.   

— ¿Por qué? ¿Que hice?

— ¿No recuerdas? Casi te da una sobredosis. 

— ¿Con que me dí? ¿Con los antidepresivos, verdad? 

— Sí... Camila, tenemos algo de que hablar, además de eso, ahora que me acuerdo. — Soltó, para poder darle la noticia. Tarde o temprano lo averiguaría de todos modos. — Necesito decirte algo. 

— Yo igual. — Replicó, sorprendiéndola. — Pero tú primera. 

Lauren enarcó una ceja. — ¿Que tienes para decirme tú? 

— Algo importante. ¿Que tienes tú?

— Algo importante también. — En ese momento, se preguntó si no estarían hablando de lo mismo. — Dime lo tuyo. 

— Está bien. No sé cómo decírtelo, así que seré directa. ¿Bueno?

— Te escucho. Quizás estemos pensando en la misma cosa. 

— No recuerdo mucho de lo que pasó hoy, pero lo que sí recuerdo... Es que me hice tres tests de embarazo anteayer. 

— Y los tres eran positivos, ¿No?

— Sí... 

— Ya sabía. — Buscó su mano nuevamente, sosteniéndola. — El doctor me lo dijo. 

— Oh, no. No se supone que él lo sepa. — Estaba angustiada, desde luego. — ¿Te pidió el número de mis padres?

— Tranquila, yo me encargué de eso. El doctor es Jerry Hernández, el papá de Ally. — Comenzó a explicarle, para que se calmara. — Le di algo de dinero, y evitó el protocolo de llamar a tus padres y eso. Pero quiere verte bien la próxima vez que vengas. 

— ¿Tengo que volver?

— Por supuesto, Camila. Tienes que controlar que el bebé esté bien. 

Ese comentario creó un silencio incómodo entre ellas. Camila bajó la mirada.

— Por que lo conservarás, ¿Verdad?

— No sé. Supongo que me serviría cómo una salida para no tener que trabajar de lo que quiere mi padre, pero... ¿Que haré yo con un niño? Apenas puedo conmigo misma. No puedo imaginarme cuidando de un crío. Mira si algún día me muero, y...

— Basta, no me gusta que hables así. No vas a morirte. 

— Estoy siendo realista. ¿Que demonios haré con el crío cuando mi padre venga a mi cuarto? ¿Dejarlo a mi lado mientras... Mientras...? — No pudo concluir aquella oración. —Quedará traumatizado de por vida, Lauren. Y más aún si a mi padre algún día se le ocurre ponerle un dedo encima. Es un depravado, nada me garantiza que el bebé estará a salvo en esa casa. 

She keeps me Warm ;; CAMRENWhere stories live. Discover now