What's the truth? [BillDip]

Capítulo 27 [Gravity Falls]

Ya fuera de la cueva, con la noche ya caída, los tres discutieron un rato que harían hasta que finalmente decidieron que regresarían al día siguiente a ese lugar para poder investigar.
Los tres regresaron a la base, con Pato prácticamente pegado a Dipper. Encendieron la fogata (o, mejor dicho, Bill lo hizo) y se sentaron al rededor en silencio.
—Bueno...al menos es un avance, encontramos a las personas del pueblo.
—Sí, Bill, pero están paralizados.
—Que extraño...—Will hizo una mueca—. Tenemos que buscar la manera de regresarlos a la normalidad.
—Pero para hacer eso debemos de saber exactamente como es que fueron paralizados o por quien.
—Buen punto Pine Tree...creo haber visto algo así alguna vez, sólo que no lo recuerdo bien.
—¡Ya se! ¡Los diarios del tío Ford! —Dipper saltó en su lugar.
—¿Crees que Sixer tenga algo de información en sus diarios?
—Es posible, quizás en el 1 o el 2, he leído el diario 3 muchas veces y lo único parecido a la parálisis que encontré fue el estado en el que suelen quedar las personas luego de ver a los ojos a un Gremloblin.
—Bueno...es posible que haya alguna clase de información ahí —Will asintió—. Después de todo, hay muchas cosas extrañas en Gravity Falls.
—Así que el misterio está casi resuelto.
Las palabras de Bill le sentaron como un balde de agua fría a Dipper, si pronto ya resolverían el misterio, entonces eso significaba que Bill se iría pronto, y que la vida de Dipper volvería a la normalidad.
No más aventuras con Bill.
No más escuchar las quejas de niño pequeño de Bill cada que las cosas no salían como quería.
No más de ver a Bill devorando un pie de queso.
No más de escuchar la voz de Bill cantando mientras tocaba la guitarra.
No más abrazos nocturnos.
No más de tomarse la mano por las noches.
No más historias al rededor de la fogata.
No más juegos en el lago.
No más diversión.
No más tonterías de Bill.
No más gnomos haciendo estragos en el estómago de Dipper cada que Bill estaba cerca.
No más del olor a vainilla de Bill.
No más de Bill.
Dipper suspiró, mirando el fuego de la fogata fijamente. Él no quería que Bill se fuera, no quería que su aventura terminase así como así, pero entendía que todo terminaría pronto.
Dipper sólo esperaba, que ese «pronto» tardase en llegar.
Will y Bill se fueron a dormir, pero por más que Dipper dijo que también se iría a dormir, no lo hizo; en cambio esperó a que Bill y Will se durmiesen para perderse en sus pensamientos un rato más, y al parecer Pato había tenido la misma idea, ya que se acostó junto a Dipper pero sólo se dedicó a mirarlo con sus brillantes y expresivos ojos aún a través de esa oscuridad.
Dipper sonrió y acarició el lomo de Pato.
—No te preocupes Pato, pronto encontraremos la manera de traer de vuelta a Mabel para que pueda tejerte suéteres y hacerte comer sus mezclas de comida raras —susurró Dipper.
A Pato pareció gustarle la idea, ya que soltó un pequeño y algo silencioso chillido, como si comprendiese que no podía hacer ruido.
Dipper continuo acariciando el lomo de Pato y pensando un rato más hasta que, finalmente, el sueño lo venció y tuvo que dormir.

A la mañana siguiente, luego de desayunar algo ligero (ya que, en palabras de Bill, "no iba a resolver un misterio con el estómago vacío") y de que los tres entrasen en la cabaña del misterio a buscar los diarios, se dirigieron a la cueva.
Dipper había quitado el pelo de unicornio de la cabaña desde hacía ya mucho tiempo cuando le había pedido a Bill que entrara por algún diario vacío, el cual, ahora que lo recordaba, hacia algo de tiempo que no tomaba (exactamente, desde unos pocos días antes de la llegada de Dipp). Will y Bill pudieron entrar a la cabaña sin ningún problema gracias a esto, así que fue sólo cuestión de bajar al laboratorio de Ford y buscar los diarios.
Ya de camino a la cueva, Dipper pensó que su tío se volvería loco si llegase a saber que Bill Cipher había entrado a la cabaña y a su laboratorio.
Pero bueno, Ford estaba paralizado en una cueva en las montañas de Gravity Falls, así que no tenía porque enterarse de que Bill sí quiera era amigo de Dipper ahora.
Amigo...ahora a Dipper esa palabra comenzaba a sonarme extraña, muy extraña. Los amigos no estaban casi por besarse en un bosque al atardecer. Y quizás los amigos si tenían el nivel de confianza que tenían Bill y Dipper, pero bueno, igual a Dipper no le costó tanto llegar a confiar en Bill.
Los primeros días, Dipper creyó que sería un martirio, pero luego se dio cuenta que una vez comienzas a tratar a Bill, este se encarga de hacer que confíes en el sin tratar de hacerlo realmente...y bueno, prácticamente desde el primer día Bill mostró tener mucha confianza con él (aunque Dipper sabe que Dipp tuvo algo que ver en eso en el pasado).
Dipper salió de sus pensamientos una vez notó que habían llegado a la cueva. Luego de discutir sobre que harían durante un rato, decidieron que cada quien revisaría un diario para ver que información encontraban sobre la presunta parálisis que poseían los habitantes dentro de esa cueva. Así que Dipper comenzó a revisar el diario 1, Will el 2 y Bill el 3.
Luego de unos minutos, Will saltó en su lugar.
—¡Tengo algo! —y seguidamente comenzó a leer el contenido de la página—. «Cristales paralizadores. Estos cristales, hallados en el bosque de Gravity Falls, 60° al noreste desde la piedra de la bruja (véase diario 1) en un gran valle lleno de estos mismos. Los cristales tienen la capacidad de paralizar a todo aquel que los toque, y para revertir el efecto es necesario hacer que la persona vuelva a tocar el cristal. Al salir del estado de paralización, la persona se verá sumida en un sueño que durará un par de horas y despertará desorientado y sin saber que sucedió».
—Perfecto, ya tenemos la explicación —Bill cerró de golpe el diario 3—. Ahora hay que conseguir uno de esos cristales y hacer que todos ellos lo toquen. Yo consigo el cristal, se donde está ese valle, me había olvidado de esos cristales, ahora regreso —Y sin esperar respuesta alguna, Bill comenzó a caminar y pronto bajó la montaña y desapareció en el bosque.
Regresó una hora después, con un trozo de cristal envuelto en una gran hoja de algún árbol.
—Hora de la verdad...
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LO LOGRÉ TERMINAR CTM!