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Reclamo la explicación de absurdas leyes

qe, a pesar de qe la frontera del cielo en él se perfila, 

defienden qe una línea recta es la distancia más breve.


Suena su nombre como seda en noche de verano.

Y, abatido de celos, el mar se marchitaba

cada una de aquellas noches qe me abrazaba.


De sus pestañas mis deseos colgaban;

kamikaze de nuestras alegorías

persiguiendo desvanecerse

en su próximo pestañeo.


Más su piel de porcelana desnuda yo ideaba

junto a su mirada aterciopelada

qe cada una de mis dudas acunaba

a un contraluz desmembrado

por el espanto a las alturas

qe ante su tacto se evaporaba.


Qe en su espalda yo trazaba retazos

de un corazón enjaulado soñaba,

junto a una libertad qe acogía forma

y qe, a su vez, sonaba en su pecho.


Huía el miedo cuando intentaba reubicarme.

Y un temblor en mí estallaba cuando,

con nuestras manos entrelazadas,

aún sin rozarse, caminaba inevitable.


Me dolían las uñas de intentar retenerlo

y se me adormecían los párpados.

Pero todo el mundo callaba cuando,

atentos, oían nuestros pasos.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora