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Una trinchera hizo de su abrazo

y un campo de batalla de mi corazón;


un asedio a nuestras fronteras.


Una guerra hizo de las caricias

y metralla de los suspiros.


Un grito de guerra

cada beso;

carne de cañón,

nosotros.


Nos declaramos la guerra

y bombardeamos cada llanura

donde nos regalábamos amor.

Y, al final, el miedo nos invadió.


Entre tormentas lloramos

deseando una paz qe jamás se firmó.

Y, al final, nos dimos tregua

como tributo a la insumisión.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora