8

234 40 0
                                    

Un hormiguero qe ante la puesta del sol crujía era Sevilla,

ardiendo mientras todo se derrumbaba entre enigmas.

Más un tren de carga parecía Sevilla,

estrellándose con la sombra qe desamparaban los días.


Y, admirando la selva de pavimentos

desde la orilla del barandal de su balcón,

estaba yo, construyendo en el cielo senderos

con versos como clave a la fuga del alboroto.


De la voz de Suárez disfrutaba

cuando los edificios cercanos mostraron

el folklore de los kamikazes enamorados;

cuando el ritmo agitado de las masas

atestó con furor entre artistas

qe ocultaban de arte las esquinas.


La tristeza se alzaba en miradas qe andenes cruzaban,

siendo piratas queriendo hallar tesoros en diferentes islas.

Un chico lloraba mientras cartas de partida leía.

Y, junto a éste dañado corazón, dos se acariciaron

y el mismo cielo floreció de sus labios.


Lo miré, entonces, a él dormido,

e insistí en abrazarle desde allí.


Detonado en llamas mi corazón

trataba de saltar de mi pecho

para vestirse de invierno

y pasear con sus ojos.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora