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¿Cómo hablar de alguien etéreo,

alguien efímero; casi onírico?


Él.

El paisaje qe se desdibujaba a su paso

para hacer hueco y no ser eclipsado.


Él.

La poesía en verso y en prosa.


Él.

La inspiración de cualquier poeta,

de las noches en vela

quemando la cera para grabarme

a fuego lento su nombre.


Él.

El beso de judas;

el Dios qe prendió fuego al olimpo para darme calor;

el qe pone voz al infinito;

el qe baila agarrado al olvido.


Él.

La locura repleta de certeza;

el pecado capital qe hace sombra a los otros siete;

el veneno qe ansiar más te hace.


Más él.

Hogar y destrucción al mismo tiempo;

el mismo qe se desvaneció en el silencio.


Él.

El de las palabras certeras;

el numen qel arte anda buscando.


Él.

El abecedario completo;

la persona a la qe fue dedicadas todas las canciones.


El idioma en el qe los dioses hablan.


Y yo.

Qe lo presencié y se me escapó dentre los dedos;

qe, cuando quise abrir los ojos, no lo vi

y ya no supe cómo mirarme de nuevo.


Y yo,

declarada en ruinas desde hace ya tiempo,

volvería a volver; a volver a verlo.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora