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Cuándo honrar más su elegante lirismo no sabría yo decir;

si cuando sus dedos desnudaban al piano

o cuando sin siquiera rozarme me desnudaba a mí.


No engaño a nadie al decir

qe su ausencia es el más despreciable sueño

qe atesta con furor en mi cabeza antes de soñarle.


No engaño a nadie al mostrarme,

débil e insignificante,

huyendo a la realidad onírica

de estar lo más cerca posible de su sonrisa.


La etílica de su boca,

su métrica estética, milimétrica,

de sus lunares en su pecho.

Constelaciones de arañazos

y retazos de mis errores

trazados en la astrología carnívora

qe provocaban sus alas de cisne.


Me aterra esta abominable necesidad de velarle.


¿Quién era capaz de apreciar aquel romance?

¿Un poeta enamorado de mis manos?

O quizá, sólo quizá, ¿yo colgada de las suyas?


Benedetti se enamoró de su indiferencia;

de su manera imprecisa de incendiar el alma.

Y pide auxilio ahora qe se ahoga

en su más hermoso suspiro susurrado.


Se convirtió en el deseo qe se despertó

al mirarle y sentirme en casa;

en el siempre qe no tiene promesas;

en el nunca qe se perdió entre mis poemas.


Cuándo honrar más su elegante lirismo no sabría yo decir;

si cuando sus dedos desnudaban al piano

o cuando hacía llorar a las flores ante su egoísmo.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora