INTRODUCCIÓN DE LA AUTORA.

1.3K 130 22
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me atrevo a declarar en alto el amargo calvario qe causó la niebla qe adormeció a mi flor. La revelo ahora, desembellecida y marchita, para endulzar vuestro vértigo al abismo de nombre Amor. Más os dejo acariciarme la herida, qe lentamente cicatriza gracias a mi desordenado diccionario de emociones, para evitar el fallecimiento de vuestras flores.


De mi lamento, del suyo, del vuestro..., del sufrimiento del precioso abismo qe alguna vez nos cegará para ser la conclusión una nueva amapola brotará. Y miedo no habrá pues la luz, por sí misma, se alzará. Al peligro, orgullosos, acariciaréis; más sabréis qe una mera ilusión es la piedad. No temáis el cambiar, pues los mismos no seréis ya.


El sabor de las lágrimas en un verso a mi corazón le enseñó la causticidad de la soledad qe nunca me abandonará; la farsa de una dedicación de palabras; cada una de mis muertes... qe promesas de amor a su vez serán.


De luto me visto hoy yo, sufriéndome por ser mi más sufrida pérdida; despido a aquella niña, qe vestía con versos a la luna, y qe jamás volverá a nacer.


Ni con versos pediré ayuda ni con rimas tampoco lo haré. Con ellos me abrazaré cada consentida herida qe yo misma me dejé hacer. Y hasta yo ubicarme lloraré, pues el saber qe podré alzarme es lo qe me hace mantenerme en pie.


Me atrevo a declarar en alto el amargo calvario qe causó la niebla qe adormeció a mi flor. Me recitaré a la luna, a los jardines, a vosotros; a la lluvia, a los ríos y a los poetas. Yo no decidí eso... eso me decidió a mí. Y recitaré, entonces, respuestas a preguntas qe no necesitan para responderse de su presencia.


Desabrigada y en silencio, ausente pero junto a un atardecer lleno de flores, he decidido el dibujar sobre mi lienzo la profundidad del Amor no regalado qe me regaló.


Y, después de contemplar ésta sencilla fábula

y por haberme rechazado yo lamentarme,

solo descansar sobre un campo verde

quisiera conmigo misma.










No nos doláis...

Sólo leednos como si abrazarais a un piano.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora