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Lo respiro como aire de abril qe barre los atardeceres;

espectadores de una lluvia qe abraza un jardín de orquídeas,

dejando recitar a índigos pájaros la melodía de su nombre.


En el lienzo blanco trazo su rostro junto a una casa

en una noche libre donde todo se quiere, pero nada se ama.

Reflejo el frío qe dejó logrando su cometido,

y el cabello de una luna menos ágil qel vacío.


La textura del piano se vuelve perfume,

proclamando en silencios gritados

su aliento irreversible.

Y, ahora qe soy su principal mártir,

se traza llorando mi débil calvario.


Mi piel, qe olvidó arrancarlo, clama clemencia.

Y, mientras qe sus recuerdos se clavan como espinas,

escuece. Más el miedo no oscurece. 

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora