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Estelas de colores el piano lloró

mientras con matices saboreaba

la astucia de sus manos en mi espalda.


La emoción de sus miedos y los míos se fusionó

y las lágrimas punzaron la barriga llena de cerveza,

mientras el aire frenaba para dar paso

a una primavera de vaguedades del alma.


Sellé, entonces, mis ojos

sintiendo el sí sobrevalorando al no;

apreciando cómo la razón era juzgada

por su desmedida esencia salvaje.


Enlazó nuestras manos en una noche

donde el agua subía en vez de bajar;

donde el cielo se rompía en cuatro

ante sus diez dedos llenos de amor no regalado.


Y vimos auroras boreales

desde la barrera de un corazón

programado para emocionarse;

programado para acariciar sonidos

de experiencias compartidas.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora