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Diego

Había estado pensando en mil y un maneras de hacer a Mati feliz pero ninguna parecía ser perfecta, nunca me dijo que paso pero había algo... apagado en su forma de ser, algo que pasaría desapercibido para cualquiera, ni los maestros lo habían notado, pero yo lo veía muy claramente y tenía un nudo en la garganta desde ese día. Ninguno de mis amigos había dicho una palabra de eso, creo que pensaban que si no lo nombrábamos no existió pero eso no era posible para mí, yo veía las secuelas en mi novio, ellos no, ellos seguían con sus vidas como si nada.

Era un día de escuela y estaba sentado en la sala, Temo estaba en el comedor haciendo una tarea que yo ni siquiera había pensado en empezar, lo llamé por su nombre completo y me volteó a ver con gesto de duda, siempre le digo 'Temo' nunca 'Cuauhtémoc López'.

"Quiero hacer algo bonito para Mati, ya casi cumplimos meses y no quiero que pase desapercibido"

Temo asiente "¿Qué tal si van al parque de diversiones?"

Yo niego inmediatamente con la cabeza "Ya hemos ido, dos veces"

"¿Y si van a jugar tenis?"

"Uno: eso no es romántico. Dos: No me voy a ver bien. Tres: hace mil años no practico tenis"

Lo anterior era mentira, por supuesto, había visto que Mateo no traía su auto desde hace rato y eso solo podía significar una cosa: sus padres estaban molestos, y si ese era el caso llevarlo al club era lo peor que podíamos hacer pues terminaríamos encontrándonos con ellos.

Había sido una buena idea, al fin y al cabo esas canchas de tenis eran parte de nuestra historia y hacer ejercicio lo ayudaría a desestresarse pero no creía que estuviera de humor.

"¿Qué tal al cine?" Sigue Temo.

"No Temo, es demasiado normal" Digo con tono irritado.

Ari, que está mirando la escena al lado de su novio se ríe de nosotros. Se siente como en casa, hacer bromas, pedir consejos... pero falta algo, un dejo de intranquilidad en toda la paz. No podía dejar de pensar en Mati.

"¿Y si lo llevas a un parque?" Aporta Ari.

"¿Eso no es lo que hacían ustedes todo el tiempo?" Pregunto

"Si" Dice Temo "Y mira donde estamos"

"No sé si tomar eso como algo bueno porque, mira, tienen mi edad y ya están comprometidos" Bromeo

Ambos se sonrojan. Podía tener razón, hacían algunas cosas demasiado rápido y otras demasiado pronto, pero al final sus tiempos eran solo suyos y se seguían queriendo a pesar de los años y de las circunstancias.

Decido hacer lo del parque y le mando un mensaje a mi novio que pase por mí en unas horas y me voy a arreglar a mi cuarto, el plan es sencillo: irnos caminando de allí a un parque cercano tal vez comprar algunas cosas y regresar temprano a casa, pero a veces lo bonito, lo único, está en lo sencillo.

Mateo

Han pasado algunas horas de la comida pero aun así hay gente que está comiendo en las bancas e incluso en el camión que tomo para ver a Diego, mis padres no me han dirigido palabra pero si un solo mensaje: Trae tu auto a la casa hoy, es su forma de ponerme presión, como si la presión me pudiera obligar a dejar de ser como soy, va a tomar mucho más que su ley del hielo y el despojo de mi automóvil para ceder, muchísimo más que eso. Al menos no me han corrido de mi departamento, pueden hacer muchas cosas pero por otras están atados de manos porque ¿Que va a decir la gente si el hijo mayor de los Symanski deja de estudiar o de tener un techo digno? Al menos tengo eso garantizado, un techo.

La gente me desespera, por lo que cuando llego por mi novio tengo cara de fastidio, que se borra cuando lo veo todo sonriente, mi único pedazo de luz en todo este desastre. Empiezo a desear que no vayamos demasiado lejos o gastemos demasiado dinero cuando Diego sugiere pasear por el lugar, no toma mi mano, una cosa es tomarla en el campus o en su casa pero en un lugar tan público parecemos acobardarnos. Y no sé si es porque estoy tan harto de tener miedo o porque necesito sentir su mano cálida sobre la mía, tal vez ambas, pero tomo su mano delicadamente y la rodeo con la mía. Puedo ver la sorpresa en su rostro y también la alegría, eso es suficiente para hacerme a mi feliz.

"¿En qué piensas?" pregunta él.

"En que mi novio esta sonrojado por un gesto que parece tan pequeño" Respondo.

"Hay pequeños gestos, mi querido Mati, que son más grandes de lo que uno piensa" Y sonríe.

Con esa sonrisa que me tiene a sus pies en un instante.

Caminamos un buen rato, damos vuelta a la manzana y compramos papas a la francesa para picar mientras que caminamos más, terminamos en un parque no muy lejano a su casa. Y platicamos, de todo y de nada a la vez. No tomamos temas peligrosos: mis padres, sus padres, mi religión, el futuro. El presente nos hace felices, de eso si hablamos, del sabor de la comida, de la sensación desafiante de tomar su mano enfrente de las personas, de la libertad que se siente poder pasear así, de lo bien que le queda ese suéter, de lo raro que me veo sin vestirme muy formal, de extrañamente perfecto que se siente el momento, de cómo es que su mano parece estar hecha perfectamente para caber en la mía, del verde tan peculiar de sus ojos que se forma cuando hay sol sobre ellos, de cómo es que sus pies se balancean en el banco mientras que los míos no. Y hacemos chistes y contamos historias.

Y ese momento, a su lado, es absolutamente perfecto.

𝓑𝓮 𝔀𝓲𝓽𝓱 𝔂𝓸𝓾 || 𝓜𝓪𝓽𝓲𝓮𝓰𝓸.Where stories live. Discover now