𝕺𝖇𝖓𝖔𝖝𝖎𝖔𝖚𝖘 _Sujin- YoonJin.

Mente confusa.

Jin limpio una lagrima de su mejillas al ver las rosas en el jarrón, Hoseok las trajo, se acordó que un día como ese se conocieron.

Era un bonito detalle que incluso el solía olvidad, se acerco a ellas un poco nervioso y después de olerlas, la nostalgia le invadió, deseaba tanto regresar a aquellos días donde solo eran ellos dos, camino con el Jarrón a su habitación donde su hijo estaba y se sentó a alimentarlo en silencio.

Un ruido le hizo alertarse, Dino estaba de pie mirando a Jin con un rostro demacrado y aun lleno de moretones.

―Se que me odias, lo siento tanto―

―Mmm― Jin le ignoro viendo a su hijo.

―Pero no fue nunca mi intención lastimarte, estaba y estoy dispuesto a desaparecer, solo necesito recobrar fuerzas, me iré, solo perdona a mi señor, ¿Si?―

―Eres ridículo Dino, yo se que me odias desde niños, siempre me torturaste, pero no sabia que al grado de meterte con mi esposo― gruño.

―No fue así―

―Bueno aun con eso, sigues siendo ridículo que digas que vas a marcharte, ese bebé ya es un príncipe, es un pecado irte con el―

―A mi no me importa el poder― Jin sonrió de lado.

―Puede que no quien sabe, pero es hijo de Hoseok, y aunque lo odie no dejare que te lo lleves― Jin lloro y sorbió su nariz― No vas a irte a ningún lado, aunque tengamos que vivir así, ese será tu castigo por...― suspiro viendo a su hijo ―¿Te puedes ir?, tu sola presencia me perturba―

―Jin, quiero hablar contigo, quiero pedir tu perdón, me duele ser odiado por ti―

―No te odio, no mereces ni mi odio― lloro― Pero si es verdad que quien abuso de ti fue mi esposo entonces te perdono, pero entiende que me duele, solo vete―

―Jin―

―Tienes tu cuarto, vamos, vete,  así nos tocó vivir―

Dino bajo la mirada con los ojos llenos de lágrimas, le dolían sus palabras, le dolía volver tan desgraciado a Jin, la persona que amaba y se dio la vuelta hasta su cama.

Otra semana paso, tan larga y lenta como el reto, Jin saludo a Ken quien enterado de todo le dio su consuelo al igual que el príncipe Jiwon.

Por supuesto nadie sabía que se había cometido Tabú, aun con su rencor Jin no iba a permitir que se le condenara a muerte a ninguno de los dos.