𝕺𝖇𝖓𝖔𝖝𝖎𝖔𝖚𝖘 _Sujin- YoonJin.

Casa de Oro y Espada Fin.

Abrió los ojos despacio y el dolor le invadió, sostuvo su vientre con fuerza y vio el enorme corte de la espada que le atravesó horas atrás en el palacio.

Se reincorporo en medio de la hierba y las flores viendo la sangre ser derramada y respiro con dificultad buscando a su bebé.

Estaba justo a su lado, con una cobija bordada de oro cubierta de sangre, le arrastro a su lado y lloro al verlo cubierto de tierra, pego la nariz en su cabeza y rostro y al ver que dormía y estaba bien la felicidad le abordo.

Pero no era tiempo de distraerse, en la lejanía podía escuchar los pasos del príncipe que lo había perseguido, se puso de pie mareado y corrió como pudo entre las piedras.

Escucho el rió y apoyado por lo que siempre escucho de Hoseok sobre como sobrevivir afuera en una de sus historias cómicas, jamas pensó que lo necesitaría algún día, Jin camino a la orilla de este hasta que vio una casa pequeña oculta entre los árboles.

Seguro era de algún ermitaño, busco por todos lados signos de vida y al ver un altar noto que el dueño ya había muerto, así que luego de una oración a la diosa entro y busco lugar donde recostar a su bebé.

Dolía, el dolor le hizo morder la lengua, pero para el nada era mas importante que la seguridad de su bebé, tenía que ser fuerte.

Busco leña e hizo una fogata pequeña, y tas asegurar a su bebé, salió al rió a bañarse y lavar las telas sucias del niño.

Estando dentro del agua y con un montón de lágrimas en los ojos, separo su ropa para mirar con horror la carne separada, pero que afortunadamente ya no sangraba, se pregunto si era por que el rió se lo llevaba todo.

Luego de eso se arrastró a la casa donde estaba su bebé, le limpio y se acurruco a el para alimentarlo, luego de eso se quedó dormido.

No sabe cuanto tiempo paso cuando un ruido le hizo saltar, se asomo a la puerta y negó con miedo al ver al príncipe Jiwon de pie ahí.

La puerta fue empujada y no pudo hacer nada para detenerlo, el hombre se abalanzo a el y le abrazo, eso le sorprendió.

―Que alivio, estas bien― Jin le miro confundido ―No tengas miedo, no soy como ellos, lo sabes―

―No se nada― dijo molesto empujando su pecho, el príncipe miro su ropa húmeda aun y llena de sangre, sin dudarlo le aparto a un lado dejandole desnudo,  Jin lloro asustado apartándole de él, más cuando sus manos tocaron su vientre donde la herida aún estaba.

―Sorprendente, esta sanando de manera rápida, esta herida no iba a sanar en al menos un mes―

―No me toque―

―No te haré daño, ya no soy como antes, y me conoces somos amigos―

―¿Lo somos?― Jin limpio sus mejillas cuando este se inco para pasar una tela de su bolso por su cintura cubriendo la herida por completo no sin antes frotar medicina en ella.

―Si, lo somos, Ken se ha vuelto loco, el me envió―

―¡Ken!―

―Si, Jin, no estás solo―

Jin apretó sus manos en su rostro para no llorar, luego de ser sanado el se levanto y salió, volviendo con una bolsa de donde saco un manto y ropa, para él.

―Cámbiate, no enfermes― Jin le miro dudoso y asintió, le vio darse la vuelta y luego tomo al niño para ponerle el manto limpio que le habían dado, lo acurruco a su pecho.