El Amo Min es el dueño de gran parte de las tierras productoras de arroz y ganadero, tiene a su disposición un montón de esclavos que le sirven en casa, ninguno es mujer, el amo Min aborrece a las mujeres.
Un día en una de sus compras, un muchacho...
Los hijos de la luna no reciben castigos en la muerte si no en la vida, más allá del umbral de la muerte solo existe la manda de lobos que la Diosa cuida y ama.
Por eso cuando Jin abrió los ojos lo que vio fue justo eso. Una manda de lobos en el bosque que se perseguían unos a otros la cola.
Se quedo de pie al costado del árbol poniendo la mano sobre su vientre y sonrió al notar que continuaba ahí, el niño estaba bien.
"Gracias"
La voz dulce y aterciopelada le llamo la atención y pudo ver una figurar brillante sobre su cabeza, pero a pesar de sus esfuerzos el rostro estaba lejos de él.
Jin observo a su alrededor con el pecho agitado, sus ojos buscaban a un gran lobo de pelaje marrón con esperanza y cuando el lobo se paro a su lado Jin sonrió.
―Diosa, gracias a usted―
El lobo se acerco a el para lamer su mejilla, el consorte le miro un poco asustado, pero al final sabiendo que quizás ese sueño no iba a durar siempre simplemente soltó.
―El se llama Suni y es un niño hermoso, lamento no llamarlo como usted―
"No tienes que decir nada, no tienes que preocuparte por nada"
La voz que le llamo hizo vibrar su corazón.
―Pero aun a si quiero decirlo―
y se sentó sobre el pasto donde las flores de color lila y blanco crecían y se quedó mirando por unos momentos el roció sobre ellas.
"¿Tienes algo que decir?, tenemos mucho tiempo, estarás en el campo un gran tiempo Jin"
El miro alrededor y negó despacio.
―Solo me pregunto que el "obnoxious"―
"Eso es sencillo de responder... Obnoxious es..."
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