La historia de tres dragones pt. II

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Perdonen enormemente la tardanza, han sido un par de semanas muy difíciles para su humilde servidor, espero de todo corazón les guste este nuevo capítulo de este triste intento de Historia.

Como siempre los personajes no me pertenecen yo solo los ocupo sin fines de lucro.

Capítulo VI. La historia de tres dragones Pt. II

Mientras que caminaban de regreso a la torre Ravenclaw, Harriet aprovechó la oportunidad para hacer enojar a su amiga castaña caminando cada vez más lento, sabiendo que faltaba poco para el toque de queda y la predisposición de Hermione de cumplir con las reglas, aunque con su reciente amistad ese rasgo estaba siendo seriamente afectado al verse envueltas cada vez más en pequeños actos que podrían no cumplir al pie de la letra con dichas reglas, el molestarla era un placer culpable para la pequeña azabache, disfrutando verla fruncir el ceño cada que hacia algo que podía meterla en problemas. Pero para ella estaba justificado, cada que esa pequeña voz de su cabeza le regañaba por hacerla enojar a propósito, "Es su culpa por verse tan linda enojada".

- ¿Quieres caminar más rápido? - La escucho gruñir mientras sentía como era jalada de la mano, en un pequeño intento de hacerla obedecer. - No quiero tener una detención por tu culpa.

Sabiendo cuando debía parar para evitar que verdaderamente se enfureciera con ella, Harriet aceleró su andar ganándose una sonrisa, que hizo que valiera la pena perderse su expresión enojada.

Estaban por llegar a la base de las escaleras, cuando alguien escondido detrás de un pilar les trato de llamar la atención, y aunque la mayoría de las personas desconfiarían de ser llamadas de esa manera, el saber que era capaz de defenderse, hizo que Harriet ganara mucha confianza en sí misma, dejando atrás a esa pequeña niña que solía tener miedo de su propia sombra, la azabache avanzó.

Sintiendo a Hermione tensarse a su lado, le sonrío para tratar de tranquilizarla, para ella era obvio que si quisieran sorprenderla no la hubieran llamado tan causalmente, así que camino con su amiga a rastras.

Lo que encontró ciertamente la sorprendió, no sólo porque no había hablado con él desde que habían abandonado el expreso, sino por qué Draco Malfoy parecía extremadamente nervioso, algo totalmente ajeno a la postura del niño cuando fue su presentación.

Los ojos del rubio inspeccionaban a su alrededor con extremo cuidado, como si de las sombras fuera a saltar algo que le atacaría, su primer impulso fue tratar de calmarlo, sin embargo se detuvo justo antes de hacerlo, no sabia si sería bienvenido, pues según Ron, había tomado una postura defensiva en contra de todos, y no quería que el segundo niño con el que había tenido contacto en el mundo mágico la despreciara.

No paso mucho para que los ojos claros cayeran sobre su acompañante, y lo vio erguirse casi desafiante.

- ¿Crees que podríamos hablar a solas? - Sin siquiera un saludo, el niño casi gruño, tomándola por sorpresa.

Estuvo a punto de contestar, cuando noto un leve miedo en aquellos. orbes de color gris, una pequeña necesidad de ayudarlo nació en su pecho, sabiendo que la había esperado cerca de su sala común, que ciertamente no estaba cerca de las mazmorras, también era consciente que lo que fuera que sucediera, no era algo que pudiera hablarse con entera libertad.

Por lo que se volteo hacia Hermione, sonriéndole en disculpa. - Adelántate, no tardó.

La castaña tenía una leve expresión de dolor en sus rasgos, pero asintió, dándose la vuelta para retomar su camino.

Harriet Potter. La princesa Le FayWhere stories live. Discover now