╔══•ᴅɪᴀᴍᴏɴᴅs•═╗ ╚══•✯²ᴘᴀʀᴛ✔✧•╝

22- dice que primero nos casamos.

Y allí me tenían días después bajando las escaleras de la casa Cullen furiosa, con cara de perro.

Mientras Edward venía detrás de mí pero a una lejanía adecuada.

Llegué hasta él living donde estaban casi todos, menos los recién casados claro.

Me miraron expectantes mientras Jasper mostraba una sonrisa casi imperceptible.

Miré a Carlisle finamente y este me miró como que, ¿Y ahora que pasó?

—Quiero casarme. — murmuré y Carlisle cambió su expresión a una de Sorpresa junto con la de los demás. Tomé una bocanada de aire, si no lo hacía me iba tragantar con todo el enojo que tenía acumulado. — Edward no quiere tener sexo conmigo a menos que nos casemos, así que diga las malditas palabras. — mascullé.

Varias risotadas resonaron en el living, mi expresión siguió siendo la misma, el rostro de Carlisle cambio a una de... Una pequeña sonrisa se situó en sus labios y después su expresión Cambio a una de disculpa.

—Lizzie. — reprochó Edward, lo miré detrás de mí, en sus ojos desbordaba la diversión pero  su expresión se mantenía sería. —

—Maldito, te divierte. —mascullé señalandolo— Cuando quieras no voy a querer, maldito. Me iré con Jasper ya veremos. — lo fulminé y jale a Jasper del brazo. —

—¡Elizabeth! — la voz de Edward sonó juguetona cosa que me endureció más.

— Vamos a ver cuánto aguantas Cullen.— dije sin mirar atrás y salí de allí con Jasper rumbo a mi casa —

La casa siempre se mantenía sola así que no había ningún inconveniente.

Cuando llegamos inmediatamente Jasper quitó mi suéter, mi falda la rompió mientras soltaba un gruñido feroz.

Me besó con fiereza mientras tocaba cada parte de mí.

Sentí a alguien en la ventana y volteé allí estaba Edward mirándome con ese color carmesí en sus ojos, maldito que comience el juego.

De un momento a otro Edward me tenía arrinconada a una pared.

—No vas a tocarme, Cullen. — murmuré mirándolo fulminante.

—No es necesario tener el brillo carmesí en tus ojos para saber que lo quieres, lo necesitas, pídelo. Pide lo que quieres. —

Si digo que esa faceta de Edward no me encantó mentiría, los dos están tan buenos.

Comenzó a devorar mi boca mientras sentía una excitación intrusiva en mí, jodido Jasper.

No voy a ceder tan fácil.

—Al carajo todo. ¡Follénme!— exclamé y me sentí caer en la cama.

Mi habitación de seguro acabará hecha trizas junto conmigo.

Si me preguntan por Dios! Ese fue el mejor polvo de mi vida, inclusive repetimos varias veces hasta que pedí que se detuviesen, tienen una energía que nunca se les acaba.

[...]

—Lo siento, creo que apreté demasiado. — habló Edward mientras asobaba mi hombro izquierdo —

Su expresión era de arrepentimiento.

Tenía un moretón allí era el que más se notaba. Jasper ya estaba prácticamente entrenado sabía cuánto apretar y cuando no, en cambio Edward por así decirlo era nuevo en el campo, ya poco a poco iría aprendiendo.