51. Martina

1K 210 44
                                    

Creo que hay un antes y un después de aquel viaje y creo que haberlo hecho fue una de las mejores decisiones de mi vida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Creo que hay un antes y un después de aquel viaje y creo que haberlo hecho fue una de las mejores decisiones de mi vida. Cuando salimos del aeropuerto camino al departamento de Macarena, mientras miraba la playa por las ventanas, lo único que pude pensar fue en que estaba viviendo mi propia historia, aquella en la que yo era la protagonista y hacía un tonto viaje que me ayudaría a organizar mi vida. Eso era lo que pretendía que fuera para mí este congreso, iba a convertir este tiempo en algo positivo que me ayudara un poco más.

El departamento de Macarena era bonito, quedaba a dos cuadras de la playa y tenía dos habitaciones, Sofía y yo compartiríamos una y la otra era de Maca, que nos había advertido que su novio, Ayrton, venía de vez en cuando a dormir con ella. Y cuando dijo dormir, hizo comillas con los dedos.

—Espero que las paredes sean fuertes —dijo Sofía golpeando la pared para probarla, yo reí, no conocía a Macarena de nada, pero bastaron unos segundos para que me cayera de lo más bien.

Era de nuestra edad, de ojos verdes y el cabello negro, me pasaba una cabeza de estatura y me doblaba el peso corporal, y sin embargo todo en ella gritaba seguridad y autoaceptación. Parecía a gusto con su piel y su vida, y yo solo podía admirarla y desear conocerla un poco más.

Eso fue lo que hice las próximas semanas. Nos instalamos y llenamos aquellos días de rutinas divertidas. Maca, Sofía y yo nos despertábamos temprano e íbamos al congreso luego de desayunar. El hotel en el que se desarrollaba no quedaba lejos, por lo que solíamos caminar por la costanera y admirar el amanecer y la exuberante naturaleza de la zona.

—Vivir aquí tiene que ser alucinante, no puedes estresarte con este paisaje —dijo una vez Sofía.

Macarena y Sofía eran compañeras de escuela y luego habían ido a la misma universidad, Maca se mudó cuando acabó la carrera para poder hacer una maestría en ortodoncia y conoció a Ayrton, quedándose allí a vivir.

En el congreso también nos hicimos de un grupo, había talleres prácticos que teníamos que trabajar en grupos y así conocimos a Mateo y a Emiliano, dos odontólogos de nuestra edad que venían de España. La primera semana fue cansadora, terminábamos tarde y teníamos que preparar una ponencia individual para entregar el sábado, las tres mejores ponencias se presentarían la última semana frente a todos los participantes. No nos quedaba mucho tiempo para salir a hacer turismo, pero el sábado oír la noche, decidimos salir a bailar.

Durante todo ese tiempo Adrián y yo no nos hablamos más que para mandarnos un mensaje antes de dormir, lo hacíamos por turno, lo empecé yo, lo continuó él, y lo seguí yo. Cada noche nos decíamos algo loco para recordarnos que, a pesar de todo, nos seguíamos amando. Que si llegaba el fin del mundo, que si había un tsunami y el mar arrastraba conmigo, que si el techo de su casa se caía sobre él, que pasara lo que pasara, no olvidemos que nos amábamos. Era divertido y tierno, y hacía trabajar nuestra imaginación y nos mantenía unidos.

Aquel sábado, Sofía se marchó con un chico que conoció en el bar y yo regresé con Ayrton y Maca. Me encerré en mi cuarto porque sabía que ellos necesitaban privacidad, y descubrí que las paredes no eran lo suficientemente gruesas.

Una chica como yoWhere stories live. Discover now