Capitulo, 0

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CAPITULO O

17-01-1970

Que es este lugar??...

Volteó a mi alrededor pero solo puedo ver grandes árboles rodeando me,, algunos más robustos y grandes que otros, creo que estoy corriendo, no lo se, puedo sentir mi respiración agitada, me encuentro asustado, aterrado seria la palabra correcta.

Me detengo frente a un río, era un poco profundo pero muy ruidoso, no se si cruzarlo, observó a mis espaldas, como si buscará a alguien y luego de escuchar el canto de un cuervo, entró al río aterrado, la profundidad de este llegaba a mis rodillas y por fuerza y velocidad del agua me costaba llegar hacia el otro lado.

Un dolor agudo me obliga a detenerme, no se como, pero se de donde proviene, observó mi pierna izquierda, la cual tiene una gran cortada que empieza desde mi rodilla y terminaba a la mitad de la pierna, esta sangraba mucho y alrededor de esta había una coloración roja y morado, esta estaba infectada, no cabía duda, sin entender observó el reflejo acuoso que me mostraba aquel río, tenía el cabello más corto y sucio, al igual que desordenado, mi rostro estaba sucio y lleno de tierra y mi ropa de igual manera, parecía asustado y aterrado y podía sentir mi corazón latir a mil por hora.

Un fuerte ruido me saca bruscamente de mis pensamientos y sin mirar atras corro deprisa por el río, no sabía que había atrás pero solo sabía...

Que tenía que correr...

Me despierto agitado, me muevo tan rápido que sin poder evitarlo me caigo de la cama, golpeando con fuerza mi brazo derecho contra el suelo.

Maldigo en silencio mientras sobaba mi brazo, sin duda me quedaría un moretón, levanto la mirada y observó las cortinas de mis ventanas sacudirse de forma violenta, mientras el frío aire entra por las ventanas abiertas de mi habitación, motivo aparente del por que el suelo se encuentra helado.

Escalofrios recorren mi cuerpo al visualizar la oscuridad a mi alrededor, me levanto y al hacerlo puedo sentir la humedad en la parte inferior de mi piyama, no necesito ser un genio para saber por qué se encuentra húmeda.

- Mierda - Maldigo de nuevo en voz baja.

Suspiro y con cuidado me deshago de mis pantalones, los coloco dentro de la cesta de ropa sucia y corro hasta meterme de nuevo en mi cama, parece que hoy dormiré con la parte superior de mi piyama, es extraño, pero ni loco pienso despertar a mis padres, si mi padre se entera de seguro me castigará, diría algo como,

- "Por dios Alexander ya no eres un bebé, que tiene que usar pañales, aprenderás a no orinarte en la cama por la buenas o por las malas, tú decides" - -

Mi madre en cambio diría algo como,

- "Tranquilo fue solo un accidente, no tienes por que avergonzarte, es algo normal que aveces suele ocurrir, hasta los adultos suelen tener estos episodios"

Sin duda alguna mamá es la mejor, ella es tan linda conmigo, cuando me tiene que reprender no recurre a los gritos o los golpes, como papá, suele ser aquel motivo el por que el suele enojarse con ella. Brinco asustado sobre mi cama cuando veo que la puerta se abre con un chirrido, la luz prendida del pasillo ilumina mi habitación y puedo observar la sombra de una mujer frente a la puerta, es mamá.

- Cariño todo bien?? - dice mi madre con voz dulce y preocupada. Me cubro con las cobijas y desvio la cabeza avergonzado.

- Sí madre, me encuentro bien - -

- Tranquilo se lo que sucede no tienes por que avergonzarte - Me dice con una sonrisa en su rostro mientras me enseña un pantalón limpio, como fue que ella lo supo??.

Mamá me sonríe mientras me hace entrega del pantalón, le de vuelvo una sonrisa y con rapidez me coloco el pantalón. Levanto la cabeza dispuesto a agradecerle, pero mamá se encontraba mirando la ventana abierta, con ambas mejillas húmedas por las lágrimas que bajaban lentamente desde sus ojos color azul.

- Mamá?? Te encuentras bien?? - pregunto.

Ella voltea y me observa, me sonríe entre lágrimas y se lleva ambas manos hasta su cuello, en donde se desprende del hermoso collar que hasta este momento ella llevaba puesto, era de una bonita forma de estrella, y era de color oro.

- Tómalo Ale, quiero que te quedes con esto, te pertenece ahora, quiero que lo cuides y que jamás te lo quites entendido?? - me dice y solo puedo asentir algo confundido.

Ella me sonríe y me ayuda a volver a la cama. Me arropa y se recuesta a mi lado, acariciando mi cabello.

- Buenas noche mi pequeño Alexander, no - olvides que mamá te ama - fue lo último que pude escuchar antes de caer dormido.

Al despertar, me encontraba solo en la cama, la luz se colaba por mi ventana y la puerta de mi habitación estaba entre abierta.

Me levanto y salgo de mi cuarto, el pasillo largo se encuentra vacío y algo iluminado por la luz que entraba por las ventanas.

- Madre?? -

Nadie contesto, confundido camine por el largo pasillo, al cruzar la esquina que llevaba hacia las escaleras, encontré a mi padre y a mi hermana.

Alicia, se encontraba en brazos de una de las sirvientas, mientras lloraba desconsoladamente y mi padre se encontra postrado cerca de aquel barandal de oro, con las vista puesta hacia abajo. Camino lentamente hacia donde se encontraba papá, una de las sirvientas intento detenerme deteniendo frente a mi, pero la rodee y seguí caminando, no sabia como pero podía sentir que aquello que vería no me gustaría, aún así reuní toda mi fuerza y valentía y seguí caminando, llegué hasta donde se encontraba papá y observo aquello que tanto había llamado su atención.

Las piernas me temblaron, quería decir algo, pero tenia la garganta seca, sentí mis fuerzas flanquear y caí al suelo de rodillas, con las manos sujetadas fuertemente contra el barandal y los ojos acuosos, una de las sirvientas se colocó a mi lado y me abrazo, pero yo no podía evitar ver el cuerpo de mi madre, colgado sobre el barandal, llevaba la misma bata de seda blanca de anoche, y su cuerpo se balanceaba lentamente.

Mi madre se había suicidado.

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