capitulo 12

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CAPITULO 12

19-02-1970

Tres días, tres días mas sin poder dormir, Porqué?, No lo sé, o tal vez ya no me importa, y tampoco es que como si estuviera muy desesperado por dormir o tal vez si, no lo se, eh caído en cuenta que ya no pienso con claridad, el no dormir me ah afectado más de lo quiero creer.

- ¡Alexander Avila! - asiento del conductor. Grita mi padre desde el

- Sí padre?? - pregunto, el me solo me observa y señala la puerta abierta del auto.

- Te vas quedar en el auto o vas a ir al colegio?? pregunta con un muy mal disimulado enojo.

Cojo mi mochila y salgo por la puerta abierta, sin detenerme siquiera para despedirme, después de todo no es algo que el haga, nunca lo hizo, solo mamá.

Cuando cruzó la entrada principal del colegio, me detengo a observar a los dos tipos de azul parados cerca de la ventana que había explotado, ambos se encontraban revisando y quitando los restos que habían quedado de aquel cristal, mientras tomaban medidas y las anotaban en una pequeña libreta, posiblemente necesarias para el cristal que reemplazaría la ventana rota.

Justo de lante de mi, observando a la distancia se encontraban dos niñas, una castaña y de ojos avellana y la otra de negro cabello y ojos azules, ambas platicando y debido a la corta distancia, era una platica que podía seguir.

- Escuche que Emilio no vendrá a la escuela, dicen que tuvieron que ponerle diez puntos en el brazo izquierdo - dijo la niña castaña

- Emilio?? Emilio Vettel?? - Pregunta la otra niña.

- Sí, ESE Emilio, dicen que se encontraba cerca de la ventana cuando está explotó, cuentan que fue un milagro que los trazos de vidrio no cortaran nada más que su brazo. Dice la niña castaña de nuevo.

- Y que estaba haciendo?? - Pregunta la Pelinegra

- Dicen que estaba con su grupito de amigos molestando a un niño - Le responde la castaña y la Pelinegra solo sonríe.

- Bueno, eso le pasa por ser molesto, arrogante y prepotente. - dice la Pelinegra.

Niego y sigo mi camino hasta que pierdo de vista a los tipos de azul y a las niñas, creo que ese tal Emilio no parece tener una buena fama.

- ¡Alex! - -

Giró a mi derecha y puedo ver a Carmela y a Jonathan saludar desde el otro pasillo, ambos cargando algunas bolsas y con sonrisas en el rostro.

- Por poco y no te alcanzamos dice - Jonathan mientras me pasaba una bolsa Tómalo, son los materiales que pidió el Maestro de biología. -

Vamos, esta por iniciar la clase - nos dice Carmela y ambos apresuramos el paso, cuando llegamos, los niños varones corrían por todos lados, mientras se empujaban y decían palabras muy grandes para su edad.

Las niñas en cambio estaban en grupos y hablaban mientras algunas se peinaban y otras se pintaban las uñas.

Carmela nos guía a los pequeños casilleros con nuestros nombres a la izquierda del salón y mete las tres bolsas en su casillero.

- Espero que no te moleste que te hayamos traído los materiales, pero como has estado muy raro, creímos que a lo mejor ni escuchaste al profe cuando los pidió - Me dice Jonathan.

- No se preocupen, después de todo parece que no se equivocaron los tres nos reímos - y nos dirigimos a nuestros asientos, justo en el momento en el que el profesor de ciencias entraba, Humberto Días Palacio.

- Buenos días alumnos, espero que hayan traído sus materiales por que los vamos a ocupar hoy, así que por favor saquen los -

Carmela parece disgustada y Jonathan parecía estar por reírse, sonrío y me levanto, giró sobre mis talones y me detengo.

El salón se encontraba vacío, los pupitres se hallaban tirados sobre el suelo, las paredes estaban manchadas y llenas de mo, y el suelo estaba mojado y sucio.

- No, no, no, solo es tu imaginación Alex, no es real, no es real, no es real...

Cierro los ojos y repito varias veces en voz alta intentando calmarme, pero guardo silencio, cuando escucho con claridad el sonido de unas cadenas ser arrastradas, el mismo que había escuchado cuando había visto aquel hombre en mi cuarto.

El hombre de piel podrida.

Abro los ojos y puedo escucharlo caminar detrás de la puerta cerrada del salón, la silueta de sus pies es visible debajo de la puerta de madera podrida, Esa cosa se encontraba afuera del salón.

Respiro varias veces obviamente asustado, y retrocedo procurando no hacer ruido, pero mi espalda choca contra un pupitre y este cae al suelo, golpeado algunos pupitres en el suelo y ocasionando un fuerte ruido.

Miro con rapidez la puerta, esperada que se está se abra y ese hombre entre, pero nada sucede, respiró aliviado y me sujeto de una masa, mientras intentaba calmarme y buscaba con la mirada una forma de salir del salón, obviamente sin encontrarme con aquel hombre, o casa de piel podrida y cadenas oxidadas.

Hago una mueca cuando puedo sentir la textura pegajosa de la mesa, tal vez por el tiempo en la que la madera pasó en el suelo inundado, levantó la mano y la limpio con mi pantalón, siento arcadas ante el repentino olor a putrefacción que salio al levantar mi mano, y me muevo para alejarme, pero al hacerlo golpeó algo y puedo escuchar con claridad las cadenas.

Me detengo y comienzo a temblar, al mismo tiempo que mi respiración se aceleraba, y el ruido de las cadenas iba en aumentaba.

Cierro los ojos al mismo instante que una fuerte respiración se escuchó y siento a mis espaldas, las náuseas me invadieron al mismo momento que el olor a carne podrida se estableció a mi alrededor y cerré con fuerza mis puños, cuando una mano huesuda se coloco sobre mi boca y nariz, haciendo presión y evitando que pudiera respirar.

Abro los ojos aterrado y levanto las manos con clara intención de alejar la mano huesuda y maloliente sobre mi boca, pero una fuerte mano las detiene y con fuerza las baja, el brazo sujeta mis manos y las mantiene a los costados de mi cintura, como un abrazo de un solo brazo, mientras ejerce presión en mi boca, nariz, brazos y cintura.

Esta cosa me levanta del suelo, manteniendo sus brazos sobre mi cuerpo, cierro los ojos asustado, ante la falta de aire y muevo los pies con rapidez, balanceandolos ante el dolor que recorría mi cintura y mis costillas, quiero gritar de dolor y miedo, pero la mano sobre mi boca no lo permite, golpeó a la cosa detrás de mi con fuerza, intentando que este me suelte, pero el hombre se ríe, es una risa gruesa y suena a la de un animal, me siento mareado y cansado y mi fuerza disminuye.

De todas las maneras en las que creí que podía morir, esta nunca pasó por mi cabeza, esta casa no me soltara hasta que el aire abandone mis pulmones, y yo ya no tengo fuerzas para pelear.

Abro lo ojos ante la risa de aquella cosa que parecía no querer detenerse, encontrándome con un lobo alto, muy alto y grande, de pelaje negro y unos ojos color rojo sangre, la risa de la cosa que me sujeta se detiene, y el lobo frente a mi gruñe, mostrando dos grandes dientes, blancos y afilados.

Solo basto un quejido de mi parte, para que el Lobo saltará sobre nosotros y nos tirara al suelo, aquello fue lo último que observe antes de ser tragado por aquella agua y despertar en el suelo del salón, siendo completamente rodeado por mis compañeros y profesor.

Joven Alexander se encuentra bien?? - pregunta mi profesor, el me observa con preocupación en su rostro y varios de mis compañeros murmuran algo que entender.

- Joven Alexander me oye?? - Pregunta de nuevo mi profesor, quiero contestarle, más las palabras se negaban a abandonar mi boca, así que solo puedo asentir.

Puede levantarse?? - Pregunta de nuevo y asiento, el también asiente y me ofrece ayuda para levantarme, yo lo intento, pero al levantarme un poco un dolor horrible recorre mi pecho y cadera, y no puedo evitar gritar, de profesor me observa con más preocupación y más levanta, me cuesta mantenerme en pie, el nota y me carga.

- Guarden sus materiales, mañana continuamos con el proyecto, jefe de grupo ayúdeme a controlar a sus compañeros en lo que voy a la enfermería - dice el profesor y ambos salimos de salón.

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