capítulo 4

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Nota:
Pido disculpas por la demora al subir los nuevos capítulos. Tuve que estudiar toda la semana y ahora tenía unos minutos libres... No los pienso aburrir con mi vida, así que disfruten de los futuros capítulos.

Discutimos sobre mi idea. Nunca había discutido de esta manera con él.
- sabes qué? Lo haré y no me vas a detener- dije a la defensiva.
- si lo haces... no volveré a ser tu amigo- me sorprendí - soy tu amigo por la buena persona que eres y no por la bestia en la que convertirás si haces eso- elevó su tono.
- pues... fue una linda amistad- solté
" ¿qué estoy haciendo? No quise decir eso... ¿ por qué estoy diciendo todo esto? "
Sin decir más nada, Takashima agarró su billetera y se dirigió a la puerta.
-espera- dije, volteo a verme de nuevo- prométeme que no le dirás a nadie si lo llegó a hacer... por nuestra vieja amistad- aceptó la promesa y se fue de la casa. Aturdido, me senté en el sofá del salón principal, pensando en lo que había ocurrido.
"No quise decir nada eso" gritaba en mi mente, y aunque quisiera cambiar las cosas, él no me creería.
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Pasó una semana, he decidido expresarle mis sentimientos a Reita, lo invité a mi casa a tomar unos tragos.
Tocan el timbre. Me arreglo un poco y atiendo a la visita.
Nos saludamos, él se sienta en unos de los sillones de la sala principal y yo voy a buscar el sake en la nevera.
- lo de siempre- me ordena, como si fuera un mozo, ambos reímos. Luego de unos cuantos tragos, se había terminado una de las cuatro botellas de sake. Era la hora, solté un suspiro para relajar mis nervios y capté su atención.
-Akira... me gustas, quería decírtelo antes pero no sabía cómo te lo tomarías. Sé que eres un gran fanático de las mujeres, pero por favor... acepta este amor puro y sin condiciones- dije con voz melodiosa, aunque también grave. Reita se rascó la nuca, rió nervioso, pero sabía que su risa no expresaba lo que yo quería.
- mira Takanori... no puedo aceptarlo, estoy muy feliz con Elizabeth y...lo... lo lamento muchísimo.- al decirme aquello, sentí como mi corazón se rompió en mil pedazos - pero podemos seguir siendo amigos- su solución no ayudó en nada, sentía odio y remordimiento... deseaba ser mujer para obtener su amor, me detesto, lo detesto y detesto no, odio a Elizabeth con todo mi ser.-Lo siento mucho- se levantó del sillón y se fue. Había dejado mi corazón echo trizas y una hermosa ilusión tirada al basurero.
Tomé una de las botellas de sake, la abrí y tomé grandes tragos de ella, sin servirme en el vaso, había tomado tanto que poco a poco mi conciencia se desvanecía, me dejé llevar por el dolor y la tristeza que solo tomaba de las tres botellas que se encontraban en la heladera. Cuando volvía al asiento con la cuarta parte, me tambaleaba y la vista se me nublaba.
"Cambiemos" dijo una voz desconocida "vengemonos" volvió a decir. A los segundos la pude reconocer, era mi propia voz, era mi voz interior diciéndome lo que debía hacer, la misma que provocaba que dijera cosas indeseables y acciones estúpidas, la misma que me hace confundir la realidad con mis sueños.
- no- dije, cayendo al sillón junto a la última botella.
"Si, ya lo estamos haciendo en realidad... déjate llevar" fueron las últimas palabras que escuché antes de quedarme dormido en el sillón.

Mi horrenda obsesión ●Reituki●Where stories live. Discover now