capítulo 5

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Me desperté al día siguiente, lo primero que vi era la cantidad de botellas vacías y el olor del sake que se había caído al suelo. Limpié todo, tenía una increíble resaca de la noche anterior y sentía que no era el mismo, algo en mí cambió drásticamente.
"Es hora" susurró la voz, a la cual he decidido llamarla Ruki. Por alguna extraña razón ya sabia lo que debía hacer.
Era de noche, el reloj de mi celular marcaba las 12:30 pm, hora en la cual Elizabeth terminaba se trabajar en una cafetería cercana a la casa de Reita, debía tener cuidado para no cruzarme con él.
- hasta mañana Hido-san- escuché que se despedía de un tipo en la puerta del lugar. Cuando comenzó a caminar, yo la seguí mientras sacaba un frasco de cloroformo de mi bolsillo izquierdo y en el otro poseía un pañuelo blanco. Bote el líquido en el trapo, estábamos cerca de la casa de Akira, aparentemente ella iba a su casa pero fui más rápido, tapando su nariz y boca con el trapo,ella se resistía. Lentamente se fue debilitando, quité el trapo de su cara, ella cayó a mis pies, guardé los elementos utilizados en mis bolsillos, la cargué en mis brazos y fuimos a mi casa.
Al llegar; la trasladé a un cuarto de dolor, allí había preparado durante toda la tarde los materiales que necesitaría en aquella noche. En una de las paredes se encontraba una arandela de metal que sobresalía de ella que tiene atada una cadena muy gruesa y pesada. Arrojé a la chica debajo de ella alejándome para buscar el alambre de púas.
- ¿dónde estoy?- preguntó, comenzaba a despertarse y darse cuenta de su situación. En mis manos sostenía el alambre, agarré sus muñecas, atandolas firmemente una con la otra, soltó un gemido el cual ignoré, y colocando un collar de sumisa en su cuello junto a la cadena de la arandela.
- sabes- dije mientras se la ponía-eres muy bonita- al terminar de asegurarla, la miré fijamente a los ojos- lástima que estás con Akira- al terminar la frase, suena su teléfono celular, se encontraba en su bolsillo, lo saqué.
- por favor déjame ir- rogó, ya se había espabilado lo suficiente. Vi quien la llamaba, era Reita. Arrojé el celular al suelo con fuerza, partiéndose en pedazos. -por favor, no me hagas nada- sollozaba. Me acerqué a ella, observé su rostro pálido y mojado por lágrimas, sonreí de lado con ternura al ver tanta ingenuidad de su parte y lentamente mi mano se deslizaba por sus piernas. Elizabeth trataba de escapar de mis manos, pero era inútil, continuaba llorando y rogando su libertad, pero mis intenciones eran muy distintas a las suyas.
- Querida, te quedarás aquí por mucho tiempo... Así que... en vez de llorar... comencemos a divertirnos, bueno no sé tú pero yo si que lo haré- dije mientras veía el látigo de mi padre, fuí a buscarlo y al regresar, Elizabeth miraba aterrada el artefacto, tanto que gritaba pidiendo ayuda a toda costa.
"Basta!!" Grité en mi mente. Los roles habían cambiado, el Takanori Matsumoto que todos conocían se había quedado atrapado en su propio cuerpo, el que dominaba las acciones, y ahora mostrándose al público, era nada más ni nada menos que Ruki.

Mi horrenda obsesión ●Reituki●Where stories live. Discover now