Capítulo 8

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RUKI:
Cuando mis padres se mudaron a Tokyo, mi madre estaba embarazada de mi, su único hijo. Tres años después de mi nacimiento, mi padre notó algo extraño en su hijo, aquellas características que encontraban en mi no eran de él y tampoco de su mujer, ella lo había traicionado con otro hombre y quedó embarazada por su culpa. Mi padre estaba muy molesto, tanto que cuando me convertí en adolescente, nos mudamos a un departamento medianamente grande. En aquel departamento, mi padre mandó a transformar el octavo piso (que consistía en tres hogares desocupados) en un solo hogar y en una de las habitaciones la diseño él, ya que consistía en tapizar las paredes, techo y piso para que el sonido no molestara a los vecinos de abajo y tampoco molestara al resto de las habitaciones de nuestro nuevo hogar.
Con el tiempo, la habitación única se transformó en una de tortura para mi y mi madre, Nagato Matsumoto. Shinoyara comenzó a llenar el cuarto con artefactos de tortura, como un armario lleno de látigos, cuchillos, cadenas, alambres de púas y dildos, una jaula, una camilla de tortura, un gancho de carnicero que cuelga en una de las esquinas y un gancho que sobresale de la pared derecha del cuarto.
La primera vez que ví aquellos artefactos fue un día, el cual el señor Matsumoto estaba muy enfadado, mi madre enferma y Takanori peleaba con su padre. Shinoyara no podía controlar la situación así que arrastró a "su hijo" a la habitación del horror. Allí lo obligó a desvestirse completamente y si se resistía lo haría él mismo, pero Takanori siempre fue débil y se desvistió, luego ató sus muñecas una junto a la otra, colgándolo del gancho y azotandolo con todas sus fuerzas. Ambos sabíamos que el sonido de su voz pidiendo ayuda no alcanzaría a ningún oído humano, excepto el de su padre.
Durante una semana completa, Takanori sufrió los golpes y penetraciones de su padre, perdiendo su virginidad anal, peso al no comer y un poco de su cordura.
Cada vez que desobedecía a su padre, él lo torturaría durante una semana completa sin comer, sin sentir la luz del día y sin ver a otras personas que no fuera su abusador padre. Takashima, Yuu, Tanabe y Akira sabían a la perfección lo que su fiel amigo sufría, por ello siempre trataban de controlar su desobediencia para que no volviese a ocurrir. Además de aquello, también quisieron que Takanori denuncie a Shinoyara, pero las palabras de él, fueron las siguientes:
-No, por favor... Si se entera, la tortura será peor- decía con los ojos llorosos, mientras Tanabe lo abrazaba amorosamente y el resto se encontraba a su alrededor, dándole su apoyo a la situación.
Con el tiempo, Takanori se fue enamorando de Akira por el increíble apoyo y las constantes visitas que recibía de su parte mientras estaba en la habitación, ya que Shinoyara siempre se iba a trabajar y su mujer también y aquellas cinco horas eran las más apreciadas de mi otra parte. Aún que no duró por mucho tiempo, el señor Matsumoto se enteró de las visitas que tenía Takanori y no dudo en darle su merecido al rubio desteñido. Lo hiso sufrir azotes, quemaduras y más, todo enfrente de su amigo colgado en el gancho de carnicero. Ésto duró toda una semana, al liberar al muchacho, él le contó a su familia y la demanda que recibió Shinoyara fue grande, pero no fue a la cárcel y continuó con las torturas a su familia.
A pesar de lo que Akira sufrió por visitar a su amigo, lo continuo haciendo ya que su amistad era mas grande y fuerte que la tortura que recibiría por el padrastro de su mejor amigo.
Al pasar los días dentro del cuarto, Takanori comenzaba a escucharme, pero se resistía a mis consejos. No le hablé por varios días, al ver que su vida mejoraba, hasta que comenzó a sufrir por su mejor amigo/enamorado se acostaba con muchas mujeres y ya no le dedicaba tiempo a él. Ahí fue cuando volví a aparecer y tomar su cuerpo tras el rechazo de Akira, fue lo mejor para los dos... bueno, es lo que pienso.

Mi horrenda obsesión ●Reituki●Where stories live. Discover now