capítulo 7

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Me había cansado de su boca, alejé a Elizabeth con un empujón en su frente, cayendo al suelo blanco. Separé sus piernas《las cuales trataban de alejarme》, rompí su short junto a su ropa interior dejando "La entrada del placer" a unos milímetros de mi erección y penetrandola una y otra vez. Gemía de placer, esa mujer era virgen y las paredes de allí adentro eran estrechas.
- Para, por favor... para- suplicaba entre llantos agónicos, mientras patalea detrás mío y sus manos atadas golpeaban mi pecho desnudo, manos a las cuales sostenía en mi pecho con la mano izquierda. Elizabeth negaba con la cabeza en suelo, en ella se mostraba una sonrisa invertida mostrando sus dientes, su leve maquillaje corrido por sus propias lágrimas y su cabello blanco despeinado y enredado.
- ohh... Eli que bien ahh~ ... se siente...- dije entre gemidos graves, estaba llegando al límite. Me paré, masturbándome hasta que el semen salió disparado hacia gran parte del cuerpo de la mujer albina, guardé mi genital masculino en mi pantalón, tomé mi ropa y fuí de la habitación, dejándola en la oscuridad acompañada de su llanto y heridas que perdurarán el resto de su vida.
Estaba sucio, así que fuí a bañar. Al salir, entré a mi cuarto y me perdí entre las sábanas y el acolchado rojo, quedando dominado por el cansancio.

Todo era silencioso, tranquilo y relajado. El lugar donde me encontraba era completamente negro y solitario, en una esquina hay una jaula y en ella se encuentra una persona, está llorando y está desnudo. Me acerco a ella, pero no logro ver su rostro. Lentamente voy reconociendola, soy yo.
-¿Estás bien?- pregunto, pero no me responde -¿Qué te ha pasado?- su piel comenzaba a dañarse de forma horrenda, cayéndose a la base de la jaula y dejando ver sus costillas.
- ¿Lo ves?- preguntó. - ¿ Acaso ves lo que estás provocando, lo que haces con mi cuerpo?- se da vuelta, dejando ver su rostro con las pupilas de los ojos dilatados, el maquillaje corrido y sus labios gruesos están partidos a la mitad horizontalmente. Comencé a alejarme de la jaula, estaba horrorizado.
- Mírame y dime si lo ves!- gritaba a todo pulmón. - devuélveme mi cuerpo, mi vida y todo lo que me arrebataste! - continuaba gritando. Choco contra algo, al darme vuelta supe lo que era, es un espejo y en él puedo ver la figura de mi padre, aquella sonrisa sádica que tanto miedo me provocaba se me fue heredada al igual que sus ojos.
-Eso es... daña a Elizabeth- decía mi padre, Shinoyara Matsumoto.
- Devuélveme mi vida!!!- continuaba gritando Takanori.
- Ruki...escúchame a mi y maltrata a la pecadora- aconsejaba. Retrocedo hasta quedarme parado en el medio del lugar, tomando distancia entre el espejo y la jaula.
- Ruki devuélveme mi cuerpo!- gritó Takanori.
- No lo hagas!- gritaba Shinoyara. Ambos trataban de ordenarme lo que debía hacer, los gritos comenzaban a inundar mi cerebro.
- BASTA!!!- Grité con todas mis fuerzas.

Me desperté sobresaltado, mi respiración estaba agitada y no encontraba manera de calmarla.
- ¿Qué carajo?- pregunté en voz alta.
"Devuélvemelo" insistió Takanori.
- No!
Me cambié, me arreglé y fuí a desayunar. Al abrir el cajón de los cubiertos, observo el gran cuchillo afilado que reposaba allí. Lo tomo con confianza y lo observo unos instantes, rotandolo en mi mano.
- si no me lo devuelves, entonces ninguno de los dos lo tendrá- dijo Taka. En aquel momento, desnudo mi muñeca izquierda colocando el filo del arma sobre mi piel. Luchaba por quitármelo, pero yo no lo estaba dirigiendo sino Takanori.
Sudaba descontroladamente, hasta que siento como el cuchillo comienza a cortarme múltiples veces. Mi sangre salía con lentitud, mis gemidos adoloridos escapaban de mi mandíbula y escuchaba como Takanori también lo sufría. Antes de que el arma llegara a mis venas, pude detenerlo y dejé caer el cuchillo al suelo, el cual se notaba algunas gotas de sangre y mi muñeca era una obra de Tarantino.

Mi horrenda obsesión ●Reituki●Where stories live. Discover now