capítulo 6

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-Grita todo lo que quieras es más, grita hasta morir que NADIE vendrá a salvarte- Dije con tranquilidad.
- Akira... Akira me salvará- Dijo la mujer a la defensiva, no pude controlarme y dejé escapar una sonora carcajada.
- Que buen chiste- Poco a poco relajaba mis risas. Me arrodillé a los costados de la cadera de Elizabeth, dejé el látigo a un lado y acerqué mi cabeza a la suya, ella retuvo sus lágrimas para aparentar ser fuerte.
-¿Por qué te resistes?- pregunté acariciando su cachete derecho y colocando sus manos debajo de mi entrepierna.
-Pudrete- dijo al clavar una de las púas del alambre en mi testículo. En seguida me aparté de ella, gimiendo, tratando de calmar el intenso dolor. Al calmarlo ví que aquella zorra trataba de liberarse del collar.

-Eres una Zorra!- dije en voz alta con furia, tomando nuevamente el látigo y estrechandolo contra su piel, ésta se ponía colorada y la mujer gritaba desesperada mente.
-Me dañas y me arrebatas al amor de mi maldita y miserable vida- Decía entre cada golpe impactado en diversas partes de su cuerpo.
"Detente maldita sea!" Ordenaba Takanori. Detuve los golpes, mirando el suelo.
-Cállate... cállate maldito ¿No ves que ésta es la perfecta venganza? ¿Acaso no deseas vengarte de las zorras que lastiman a Reita?- Pronunciaba en susurros agitados.
"

No la lastimes, que no hayamos conseguido a Reita no es su culpa. prefiero que Akira sea feliz con ella que infeliz conmigo" Confesó Takanori, su voz se escuchaba horrible.
- Eres Débil, por eso no pudiste controlar tu propio cuerpo para impedir que yo lo hiciera... Todo ésto es para tí ¿No lo comprendes?- Elizabeth me observaba extrañada.
"Sí, lo comprendo pero... ya basta" solté el látigo, cayendo al suelo blanco al igual que las paredes. "Eso es" Sonreí de lado, caminando siega mente hacia una repisa y tomando firmemente una vela blanca que había encendido en la tarde, volví a caminar hasta la mujer, la cual observaba cada movimiento que hacía, y sin pensarlo, incliné la vela encendida haciendo que su parte derretida cayera en los pechos de Elizabeth.
-¿Te gusta?- pregunté riéndome. Sus gritos llenos de agonía inundaban la habitación junto a mi sádica risa. Volví a arrodillarme al costado de su cabeza junto a la vela, Elizabeth la observaba con horror mientras su respiración agitada se aceleraba al notar que el fuego se le asomaba a la lágrima de su cachete derecho y, por último, aquel grito agonizante y lleno de dolor se hizo presente en la habitación.
-¿Por qué? ¿Por qué a mí?- preguntó entre lágrimas. Coloqué la vela en su lugar al igual que el látigo de punta fina, me saqué la campera y camisa que llevaba puesto.
-No serás la única- saqué mi pene de su escondite, a cercándolo a su boca -NADIE volverá a lastimar a Reita, él quiere ser feliz y ustedes no lo dejan... lo someten a la perversión, su alma se pierde en ella.
-Ustedes?- preguntó incrédula.
- Sí, ustedes... Las mujeres.- Tomé a Elizabeth de su cabello blanco y lo acerqué a mi miembro viril.- Abre la boca- ordené. Ella comenzó a retorcerse, pero no lo lograba, juntó sus finos labios para que nada entrara en su mandíbula y luchaba por librarse de mí.
Le dí una fuerte cachetada haciendo que sus labios se separaran, logrando así meter mi miembro viril y penetrar en su boca a suma velocidad, en la cual Elizabeth no podría dañarme nuevamente.
Takanori no podía detener el acto de ninguna manera. Él puede sentir amor en su vida, yo solo siento odio y remordimiento en la vida. Sé que estamos en el mismo cuerpo pero somos dos personas completamente distintas una de la otra.
Personalmente no siento nada por Akira, solo lo hago para que Takanori sea feliz con él.

Mi horrenda obsesión ●Reituki●Where stories live. Discover now