O2.

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Al final si tuve trabajo por hacer. Justo a las 9PM, el encargado en mi área, Lucas, me pidió hacer un listado de todos los productos necesarios para el rodaje.

No solo eran veinte, ni cincuenta, ni siquiera noventa, eran al rededor de ciento veinte productos que estaba apuntando, junto a todas las reacciones químicas que podrían tener.

Iba a penas en el producto cuarenta y tres, y como ví en mi teléfono, eran ya las 11PM. Seguí escribiendo, y escribiendo, estuve tan concentrada en lo que hacía durante un rato más, que mi mente tardó en percibir una canción que comenzó a sonar a lo lejos.

Algo cobarde, y desconcertada, solté el bolígrafo para ponerme de pie y abrir la puerta, la música se escuchó aún más fuerte. Pero según yo, todos se habían ido ya, el lugar estaba solo, casi con todas sus luces apagadas, veía únicamente el set, las cámaras, y nada más.

Al fondo, en uno de los pasillos que daba hacia los camerinos, salía una tenue luz.

No tenía porque hacerlo, mientras me dirigía hacia allá, me sentí en una de esas películas de terror dónde sabes que la protagonista está yendo justo al matadero, pero si me quedaba así, esa música no me dejaría trabajar tranquila.

En el pasillo la luz de un camerino encendido salía por debajo de la puerta, quizás una bocina se encendió sola, o lo que sea, caminaba tratando de pensar en lo más lógico. Así que me armé de valor, tomé la perilla de la puerta, y la abrí.

—¡Mierda! —exclamó el chico que estaba dentro, al parecer cambiándose de ropa.

No fui capaz ni de verle a la cara, en cuanto vi su torso, me sentí tan apenada, que simplemente cerré la puerta tan rápido como pude.

Mierda, vaya músculos.

Evidentemente no estaba sola, seguro era alguien de la gente de limpieza, así que para no verme más entrometida en su trabajo, caminé de regreso. A mitad del pasillo, la música se detuvo, y detrás de mí, escuché.

—¡Hey! —eso me hizo girar.

El chico ya tenía la camiseta puesta.

—Yo...lo siento, pensé que estaba sola, en verdad discúlpame. —me disculpé.

—No, tranquila, yo también pensé que estaba solo. —habló acercándose a mí, a pasos algo lentos.

Y ¡Wow! El aroma de su colonia inundó mi nariz haciéndola feliz.

—Sí, sí. No hay problema. —dije algo torpe luchando por alzar la mirada.

—Vos...sos...

—Ah, soy la encargada de diseño de imagen. —dije mirándolo por fin a los ojos.

Se mantuvo frente a mí unos segundos con una pequeña sonrisa, mirando atentamente mi rostro, gesto que hizo que eligiera mirar hacía otro lado.

—Lía. -al decir mi nombre me hace voltear a verlo extrañada—. Apuesto a que sos Lía.

—Sí, sí. De hecho lo soy...

—Si te lo preguntas, fue Matías quien me lo dijo. —se adelantó a avisar.—

—¿Decirte...mi nombre? —pregunté confundida.

—Algo así, me dijo que una chica con unos ojos impresionantes era la encargada de imagen.

Eso me hace soltar una risita, imaginar a ese chico, Matías, hablando sobre que tengo unos ojos impresionantes, me hace entender que quizá era ese el por qué no me sacaba la mirada de encima.

—Bueno...tomaré eso como un cumplido.

—Soy Enzo Vogrincic, también soy parte del elenco. —estira su mano, y yo la tomo—. Un gusto.

Como no saberlo, Enzo Vogrincic, era el primer nombre en mi lista de modelos, y ahora entendí porque su silueta era tan irreal. Grande, varonil, mi mano casi desaparece en cuanto las entrelazamos. También tenía unas facciones hermosas, masculinas, sería definitivamente un excelente modelo.

—Mucho gusto.

—Ahora regreso a terminar. —da un paso atrás, y sacude su mano.

—Claro, yo igual.

Nos despedimos con un amable gesto, y en cuanto me giré, mi sonrisa multiplicó por mil, seguía bastante avergonzada por haberle dado un susto justo cuándo estaba sin camisa. Pero bueno, para mí no había sido tan malo.

Seguí hasta mi escritorio, en dónde pasé un par de horas más terminando mi trabajo. Aproximadamente a las 2AM, había acabado.

Guardé los apuntes, organicé deprisa los papeles, y me puse de pie, por fin a poder descansar, tomé mi abrigo, caminé hasta la puerta viendo mi teléfono, y buscando en el, la aplicación para llamar a un taxi.

En lo que mis ojos seguían viendo la pantalla, alcé la mano para apagar las luces, tomé la perilla, y al abrir la puerta, choqué.

El golpe me hizo pegar un brinquito, incluso mi teléfono cayó al suelo, pero no me asusté, supuse que por no ver, habría chocado contra algo.

Pero no era algo, era alguien.

Específicamente Enzo.

—Aquí tienes. —tomó el teléfono que estaba en nuestros pies, y me lo dio de regreso—. Ahora fui yo quién te tomó por sorpresa.

—Un poco. —reí— ¿Ocurre algo, necesitas algo?—

—No en realidad, solo quería avisar que me iba. —dice dándome un vistazo de pies a cabeza—. Pero al parecer vos igual.

—Sí, justamente eso hacía. —sonreí saliendo de la sala—. Pero muchas gracias igual.

—De acuerdo. De nada. —se limitó a decir para adelantarse, y salir del set.

No pude decir nada más, pues sus largas piernas lo llevaron en cuestión de segundos bastante lejos.

Salí del lugar después de él, buscando aún con bastante dificultad un maldito conductor.

Me cago en la puta.

Pensé cuando me cancelaron el viaje por tercera vez. Estaba ahí, de pie, muerta de frío, con una bolsa que pesaba kilos, y con unas calles completamente despiertas.

En mi desesperación golpeé la pantalla de mi teléfono, y suspiré. Lo dejé, no iba a funcionar, me acerqué a la calle mirando a ambos lados, y no había nada. Ni siquiera autos comunes.

Unos minutos después de estar intentando conseguir un taxi de todas las formas posibles, el sonido de un auto reduciendo la velocidad justo frente a mí me hizo alzar la vista de mi teléfono.

Era un auto completamente oscuro, sus vidrios estaban polarizados, y se veía muy lujoso. Cuando el vidrio comenzó a bajar, inconscientemente di un paso hacia atrás.

—Es peligroso que una chica como vos esté sola a estas horas de la noche. —dijo Enzo, recargando el brazo sobre la ventana, y dándole un sorbo a su cigarrillo.

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OMG, me emociona mucho que voten jajsjqjjekq.

Antes de seguir me gustaría saber quién es su preferido de todo el casting.

Y también aún más importante, quién es su preferido de Matías y Enzo.

De todo el casting el mío es Blas, literal se me hace un bebé. Y de Matías y Enzo, definitivamente no puedo elegir.

JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora