O5.

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Lía.

Cuando el ascensor se detuvo en el último piso, me quedé unos segundos mirándome a detalle en el gran espejo que tenía el ascensor, esa camisa me quedaba gigante. Pero cubría hasta mis muslos, así que me ayudaba a poder caminar cómoda hasta la piscina.

En el reflejo pude ver a alguien acercarse para entrar, entonces dejé de verme, y me giré para salir y no estorbar.

—Hola, buenas noches. —saluda Esteban, siempre siendo tan amable.

Entró al elevador dejando un rastro de agua, y al salir, sacudí mi mano dándole una sonrisa.

Las únicas luces encendidas eran las que estaban dentro de la piscina, pasé una corta estancia repleta de plantas de todo tipo, y hasta el fondo, solo veía el humo que brotaba la piscina de hidroterapia.

Caminé hasta llegar a una de las sillas para tomar el sol, y puse encima mi toalla. Todo estaba en silencio, solo alcanzaba a escuchar el sonido del agua circulando.

Me alcé para acercarme a la orilla, y la presencia de Enzo me detuvo en seco. Estaba del otro lado de la piscina, en la parte del jacuzzi. Mirándome.

El agua quedaba hasta su marcado pecho, en el cual, rodaban gotitas que soltaba su cabello despeinado, deslizándose por sus clavículas, tenía una bebida en la mano, y ambos brazos estirados apoyándose en la orilla.

Una vista que me hizo sentirme... Ansiosa, él lucía tan imponente, como la escena de una película, y bueno, no es extraño, el tipo es modelo, actor, y extremadamente sexy.

Paso saliva con dificultad, y mis mejillas delatan un fuerte sonrojo cuando dejo de ver su cuerpo, y lo miro a los ojos, me atrapó. Mirándolo.

Una comisura de sus labios se alzó, y soltó una risita dando un trago a su bebida, probablemente estaba riendo por el rojo fuerte en mis mejillas.

Yo no sabía que hacer, a penas y podía moverme, no sería capaz de tomar la camiseta y dejar expuesto mi cuerpo. Miré el agua, actuando como si solo estuviera de pasada, tenía ganas de salir corriendo, definitivamente no iba a meterme en esa piscina, junto a ese impresionante hombre, que no dejaba de verme y ponerme nerviosa.

—No seas tímida, puedes hacerlo. —habla de pronto haciendo que su grave y roca voz, haga eco en todo el salón.

Tuve un escalofrío. Estaba entrando en pánico. Decidí sacudir mis ideas, así que respire hondo, y sonreí.

—Para nada. Solo hace un poco de frío. —maldigo internamente por mi respuesta tan estúpida, y lo miro.

Lo veo estirar uno de sus brazos, y apunta al jacuzzi.

—Acá. —indica. Su voz lo hace sonar casi como una orden—Si entras allá vas a congelarte.

Dios mío, por favor desaparéceme.

Caminé como si no me estuvieran temblando las piernas, y me senté en la orilla...todo bajo la mirada de Enzo.

—Uy, si que está caliente. —digo.

Poco a poco comienzo a hundir mis piernas, y pasando mis rodillas, me detengo.

—¿Vas a meterte a un jacuzzi con una camiseta de Iron Maiden? —se burla—¿Qué querés que te la quite?

Por qué tuvo que decir eso.

Una risa tan falsa y evidentemente nerviosa salió de mi boca, así que con las manos casi temblando, tomé el borde de la camiseta, y me la saqué de una buena vez.

No podía creerlo, al final si estaba en la piscina, junto a Enzo.

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Sigo emocionada por ver los votos jejeje, me hace muy feliz, espero este les siga gustando, y no tardo mucho en subir lo siguiente. (⁠ ⁠◜⁠‿⁠◝⁠ ⁠)⁠♡

JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltWhere stories live. Discover now