O8.

6.9K 493 10
                                    

A la mañana siguiente, Lía despertó junto a un sentimiento de extrañes en la cabeza, quizás solo era su imaginación la que sentía que Enzo ayer, la había estado viendo de una manera... Diferente, durante toda la noche. Si bien ya se había dado cuenta de que la mirada de ese chico es naturalmente profunda, no dejaba de pensar que hubo algo más, la forma en la que hablaba, como centraba sus ojos en los suyos, incluso la manera en la que formulaba sus preguntas, todo lo hacía con una vibra, que la puso a pensar más allá.

Pero Lía no estaba para prestar atención a las tontas conclusiones que su imaginación estaba sacando, seguro Enzo solo era alguien coqueto, y al final, solo fue un rato, junto a un compañero de trabajo que a penas conocía.

Su teléfono explotando en notificaciones, le ayudó mucho a concentrarse en algo más. Apenas despertó, tenía ya un par de mensajes de Matías por Instagram, le había estado escribiendo desde las 5am.

En cuanto tuvo la mente más despejada, lo primero que hizo fue entrar a la conversación, y contestar. No pasó ni un minuto, para que Matías respondiera, y a penas cruzaron un par de mensajes, ya estaba proponiéndole "acompañarlos" a la pequeña reunión, que él y los demés chicos estaban organizando.

Después de aceptar, intercambiaron un par de mensajes más, en donde acordaron una hora especifica para que Matías pasara por el apartamento de Lía, y así pudieran irse juntos.

Lía acabó con todas sus actividades lo más temprano que pudo, para así comenzar a alistarse.

El día se le fue volando, entre notas de trabajo, y el estar mentalizándose de que iría a una fiesta después de tanto tiempo, hizo que en cuanto menos se lo imaginara, estuviera ya con la mano en la perilla, apunto de abrir la puerta.

Los nervios, le llegan justo en ese momento, no había vuelto a hablar con Matías desde la primera vez que lo vio, así que no podía dejar de preguntarse, ¿Qué pasaría si de pronto no sé que decir?, no quería arruinarlo, mucho menos quedar en ridículo.

Suspira armándose con todo el valor que tenía, y abre la puerta.

Frente a ella está Matías, quien la espera un poco nervioso también. Él saluda con una sonrisa bastante dulce que se le pintó en el rostro apenas la mira.

—Fua, me mataste. —es lo primero que sale de su boca después de darle un rápido y discreto vistazo a Lía, de pies a cabeza.

Exageré con lo de "informal" Pensó el chico, pues él apenas y llevaba unos jeans sueltos, junto con un buzo-sudadera color negro.

Por otro lado, Lía es todo lo contrario, luce genial, impresionante, nada extraño viniendo de una diseñadora. Ella lleva unas medias blancas que llegan hasta la mitad de sus muslos, esas resaltan bastante lo blanca que es su piel, un poco más arriba de ellas, está la comisura de una minifalda de mezclilla que le favorece bastante a sus caderas...Matías está medio perdido viendo cada detalle, cuando de pronto escucha.

—¿Es demasiado? Voy a cambiarme. —avisa Lía mientras intenta regresar a su habitación, pero él la detiene, tomándola por el brazo.

—No, no... Lía. —la llama saliendo de su trance, y haciéndola voltear a verlo de nuevo—. Me refiero a que te ves preciosa.

Suelta así, sin más, de una, tal como Enzo dijo. Segundos después de decirlo, una satisfacción de haberlo logrado, lo consume de emoción, Matías quiere brincar y gritar cuando ve un sonrojo acompañado de una pequeña sonrisa, que él generó, en esa cara tan bonita que tenía al frente. Los consejos de Enzo nunca fallan, definitivamente.

Estoy voy a contárselo a Juan.

—Gracias, tú también te ves muy bien. —dice lanzando una mirada que mata a el chico.

Lía solo lo miró, sin ninguna intención en verdad, pero lo único que Matías sintió, es que esa chica no podía ser más linda.

—Y bueno... ¿Querés saber cómo es una fiesta en Argentina?

.
.
.
.
.

JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltWhere stories live. Discover now