Raining over us

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~Narra Ana

No se cuanto tiempo me había quedado dormida, pero tenía la sensación de que había sido hace mucho tiempo. Todo está oscuro a mi alrededor, llevo las mismas ropas que esos tipos que me habían secuestrado me habían dado desde hace semanas quizás. No oigo ni un alma y raro es que no me hayan despertado con un zarandeo o un golpe, seguro que tengo todo lleno de moratones, pensé mientras me levantaba y empezaba a andar lentamente con las manos en alto intentando ubicarme en algún punto de aquel fantasmagórico lugar. Toco algo que se ubica entre lo pegajoso y lo mojado, no se describirlo bien. Vislumbro un haz de luz al final de lo que puedo ver, parece ser una habitación, mis ojos cuanto más se acostumbran a la oscuridad, más miedo tengo y antes quiero salir de allí, no me gusta esto, tengo una mala sensación y la garganta se me cierra de golpe. Ando a tientas hasta la luz, y sin mirar atrás, abro las dos puertas con la poca fuerza que tengo y que me queda, hace semanas que creo que no como ni bebo nada y me siento muy cansada.

Ante mí se muestra una gran piscina estilo olímpica, con la peculiaridad de que todo, absolutamente todo es blanco y hay unas escaleras que dejan bajar a la piscina como si se tratase de una particular. Al mirar levemente hacia atrás, las puertas se cierran violentamente y con un grave y fuerte estruendo que me hace estremecer. Al otro lado hay una puerta exactamente igual que la que hay detrás de mí, y por ella aparece un hombre...con astas de ciervo, completamente negro, ojos en blanco, lleva un traje negro y camisa blanca y sus zapatos son tan pulcros que parecen brillar ante la fuerte luz. Miro hacia el techo y para mi sorpresa no hay ninguno, por lo que puefo ver el cielo estrellado, vuelvo mi vista al interesante sujeto que se está metiendo en el agua sin pudor ni miedo alguno a mojarse su -aparentemente costoso, traje. Se para en mitad de la piscina, y me gesticula con su mano que quiere que me acerque ¿será mudo?

-Disculpe, ¿puede decirme donde estoy y como salir de aquí?-No hay respuesta. Respiro hondo.-¿Como se llama? ¿Puede decirme su nombre?- Con cada pregunta obtengo un silencio y solo una acción, que me acerque a él.-¡Pero me ahogare!-Sigue insistiendo y bufo. Parece que no tengo otra opción que hacerle caso, a lo mejor me ayuda a salir de este manicomio.

Hago lo que me pide el hombre -mas bien ser, y una oleada de miedo surca mi cuerpo cuando mis pies ya no tocan el suelo, me percato de que el hombre es sorprendentemente alto, ya que el agua le llega a poco más que a la mitad del pecho. extiendo mi mano hacia él, que agarra la mía con sumo cuidado y me tira hacia su dirección con un leve pero firme tirón. El agua se tiñe levemente de marrón, rojo y negro. Estamos en mitad de la piscina y él me mueve a su voluntad, y parece que estamos bailando un vals en el agua, que ahora que lo pienso, se siente caliente contra mi piel y escuece en mis heridas. Cierro los ojos un segundo, dejándome llevar por el placentero vaivén del agua contra mi maltrecha piel.

Abro los ojos espantada cuando siento que agarra mi cuello con fuerza, y me hunde en el agua. Mi visión se vuelve roja, cierro los ojos con fuerza y luchó por respirar, sin éxito, intento arañar su negra piel, pero mis uñas están demasiado carcomidas como para ello. Me empiezo a quedar sin aire y la visión de vuelve negra poco a poco, latido a latido, pataleo con pataleo. Cuando siento que estoy al borde, a un suspiro, me saca del agua con un tirón fuerte y mis pulmones lo agradecen.

Entro en pánico al ver que estoy sola, en la piscina del manicomio, que está completamente vacia, y a mi alrededor están los tipos que me habían secuestrado y me mantenían vigilada: muertos, boca abajo, y su sangre tiñiendo el suelo de baldosas sucias poco a poco en un rojo más y más intenso. Me levanto y ando torpemente hasta el otro lado, salgo de la piscina sintiéndome pesada y agotada. Corro hacia la puerta, evitando darme con la cabeza en una esquina en el proceso, y la abro con un golpe de hombro. Me encuentro en un pasillo lleno de luces parpadeantes y más cuerpos, y esta vez la pared está llena de espejos rotos, formando un mosaico que me descuartiza el cuerpo que se encuentra al otro lado. Tuerzo la esquina y mi corazón aún no se recupera: hay mas cuerpos, pero nunca es el del jefe... ¿Quién ha hecho esto?

My Crimson ButterflyOù les histoires vivent. Découvrez maintenant