Recovery

335 27 0
                                    

~Narra Ana.

Abrí los ojos y una fuerte luz hizo que mi cabeza palpitase y gemí de dolor. Al momento, bajaron de intensidad, volviéndose una luz muy tenue y casi etérea.

¿Tenía cita con algún dios hindú y no me acordaba? Pensé divertida. Siseé al intentar sentarme.

-Ten cuidado pequeña, tienes heridas abiertas.-Oí la voz de Jack siendo suave como un susurro.
-¡Jack!-Casi lloré de alegría al verlo. Él sonrió, agarró la silla que había detrás de él y se sentó a mi lado. Me agarró las manos, produciendo un contraste visible entre cuán diferente éramos el uno del otro. Le miré a los ojos y vi una vidriera de mil tonos cobrizos a punto de estallar.

Se hizo el silencio entre las lágrimas que corrían por nuestros rostros. La habitación tenía tonos azules, un sofá bajo el gran ventanal y la silla en la que estaba sentado Crawford era el único mobiliario.

-¿Qué hago en un hospital Jack...?-Le miré a través de las lágrimas y vi un toque de sorpresa en sus ojos.
-¿Qué es lo último que recuerdas?-Hice una mueca y empecé a repasar mentalmente.
-Recuerdo estar en los brazos del Dr.Lecter y quedarme dormida.-Jack frunció los labios y produjo un chasquido con la lengua.
-¿Nada de un tío con la cara de un payaso mal pintado?-Negué -¿Ni de haberlo acuchillado?
-¿Disculpa?-Musité sorprendida.-¿Qué quieres decir? ¡¿Me estás acusando de asesinato?!-Me miró con cara rara y suspiró.
-No Ana. Dijiste que lo apuñalaste las suficientes veces como para que muriera desangrado.-Acercó un dossier color crema y arrastró una mesita que había en una esquina. Puso el dossier encima y lo abrió.

El tipo tenía el pelo negro, algunos mechones le caían hacia delante, estaba pintado como el Joker de Heath Ledger. No, peor. Pero sonreía como tal. Un escalofrío recorrió mi espalda y algo me impide recordar. Bajo la imagen reza su nombre: Yuri.

-La verdad es que me suena, pero enserio Jack, ¡no soy capaz de matar a nadie!
-Está vivo.-Apretó los dientes.-Por ahora.-Murmura más para sí mismo que para mí.- Le disparé.
-¿¡Qué hiciste qué?!-Grité, arrepintiéndome al instante tras recibir una punzada de dolor en el costado.
-¡Llevabas dos meses desaparecida!-Grita y me sobresalto.-¡Estaba desesperado! ¡Joder, estábamos todos como locos buscándote removiendo cielo y tierra!-Se levanta de golpe tras golpear sus muslos, las palabras abandonan su boca como sapos y culebras.-Incluso buscábamos bajo tierra.-Susurra esto último mirando a través de la ventana y cubriendo su rostro con sus manos.

-No pienso irme al infierno tan rápido ¿sabes?-Sonrió levemente, mientras me recuesto en la cama, el bip de mis constantes vitales se empieza ha hacer molesto, y el hecho de percatarme de que llevo agujas hace que la piel empiece a picarme.-¿Cuánto llevo aquí?
-Un par de días.-Responde con un suspiro.-Te han estado observando como si fueras una muñeca de porcelana.-Se apoya en la barandilla de la cama.-Estas un poco machacada cariño.-Veo la tristeza en sus ojos y me siento mal.
-Siento haberos preocupado tanto, ya sabes, causar tantas molestias.-Me abraza y besa la corona de mi cabeza.
-No importa, lo más importante es que estas viva y con nosotros.-Murmuró en mi pelo y sentí su pecho temblar y moverse rítmicamente.

-¿Esta llorando Señor Crawford?-Pregunté en un susurro y siento que niega con la cabeza, pero el hecho de que no lo verbalice confirma mi teoría.

Rodeo a Jack con mis brazos -en la medida de lo posible- y le abrazo como nunca hice con nadie.

---***

Ya llevaba una semana en el hospital, por precaución dijeron. Samantha, mi mejor amiga, vino a visitarme varias veces, me hablaba de cómo iban las cosas por casa, Regis se sentía triste sin mi, me dijo, Lorelei se quedaba tumbada en la alfombra de la entrada, llorando, esperando que llegara por la puerta para abalanzarse sobre mí. El pensamiento me hizo sonreír abiertamente. También me dijo que había conocido a un chico en el trabajo -es dependienta en alguna tienda de ropa que no recuerdo nunca la marca. "Es un cielo de chico, alto, algo bronceado, ojos oscuros y pelo corto. ¡Te encantaría! Pero no me lo robes ¿eh, Ana?" Me guiñó el ojo divertida.

My Crimson ButterflyUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum