Capítulo 03

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Dos semanas después no he sabido nada de Oliver Doms, gracias al cielo porque no quería hacer ni demostrarle lo débil que soy a ese sujeto. 

Las cosas no han marchado bien estos últimos días, la situación en casa sigue siendo la misma, mis padres discuten todo el tiempo. Esta mañana, mamá me permitió tomar solamente te con una cuchara de azúcar, mi padre se molestó tanto que arrojó el periódico a la basura, lo que le dijo fue tan hiriente que no me atreví a levantar la mirada hasta que mamá salió llorando del comedor, no creo que sea agradable que tu esposo te llame gorda, mamá solo tiene unos cuantos kilos de más como la mayoría de las personas. A veces papá no se da cuenta de que lo único que mi madre quiere es agradarle, por eso se vuelve doloroso saber lo que sucede entre ellos cuando no debería tener idea 

de sus problemas. No puedo reclamarle a mamá que me de consejos masoquistas, pues ella vive a diario un infierno y hace lo mejor que puede.

Mirian y Brenda están a mi lado en total silencio, miro de reojo cómo acomodan las ondas de sus cabellos y retocan su maquillaje. Cada vez que Mirian me pide un consejo de moda, descarto la idea de decirle que el color rojo no se le ve bien pues sé que eso podría herirla ya que asegura que es sexy, y Brenda... bueno, ella es una copia de Mirian, nunca he entendido su amistad, a mí no me gustaría platicar con alguien que intenta imitarme. Pero ¿quién soy yo para criticarlas? Muy en el fondo agradezco que finjan conmigo y no me dejen en ridículo.

—A Nathan le doy un siete —dice Mirian—. Su trasero es tan comestible que le da puntos extras, ¿tú qué piensas, Han?

—Sí, tienes razón —digo para seguirle el juego, si algo he aprendido con ellas es que a Mirian le gusta que todos piensen como ella.

—¿Debería emocionarme que tres chicas lindas estén calificando mi trasero? —Nathan aparece con los brazos puestos en jarras. Las chicas ríen con coquetería, yo me limito a sonreír. La sonrisa se borra de mi rostro cuando veo la cara molesta de Liam, él se sienta a mi lado, me ahorro el suspiro y hago como que no soy consciente de su evidente enojo.

Desde ese día en la fiesta no hemos hablado más que lo necesario, cuando nuestros padres están presentes o no nos queda más remedio que dirigirnos la palabra. Se dirige a mí de forma tensa o molesta, no sé cuánto tiempo más pueda soportar esta situación. No puedo con su actitud, me está superando, así que lo evito. Somos como una liga que está a punto de reventarse, solo puedo esperar la explosión.

—Hola, Liam, ¿te veo al rato? —La odiosa voz de Iveth hace que todos enmudezcan, la observo por debajo de mis pestañas. Es tan linda que da miedo, podría tener a cualquier chico, pero ella ha elegido a William, y él está encantado de darle lo que quiere, por supuesto.

—Hola, preciosa, no voy a poder verte en la tarde, tengo una reunión con mis padres, pero ¿qué te parece si salimos mañana?

Miro el suelo como si pudiera partirlo en dos, siento la mano de Nathan en mi espalda, impartiendo un masaje tranquilizador, pero la furia crece dentro de mi pecho y nada podrá calmarme ahora.

Química imparable © (AA #2) [EN LIBRERÍAS]Where stories live. Discover now