Capítulo 26

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Mi padre abre la puerta de su departamento, sus ojos de desvían a la persona a mi lado, lo saluda con un asentimiento, no sé si a papá le agrade la idea de yo cuidando a Jocie junto a Oliver, pero cuando sonríe sé que todo está bien.

—Solo serán dos horas, a lo mucho tres, hay pollo, pasta y helado en el refrigerador. —Está usando un traje elegante y una corbata de color azul, sostiene su maletín, es un hombre de negocios—. Estaré al pendiente del celular por si pasa cualquier cosa.

Nos deja pasar, es la primera vez que vengo aquí, no hay mucho mobiliario, solo un sillón frente a una mesita de vidrio, hay una televisión y al fondo un pequeño comedor de color chocolate. Jocelyn está de pie a unos pasos de distancia, se echa a correr bamboleando su tutú y abraza mis piernas.

Papá sonríe con ternura, trago saliva para aligerar el nudo que se ha formado en mi garganta. Eugene se acerca y deposita un beso en mi sien.

—Gracias, cielo —susurra antes de marcharse.

Acaricio el suave cabello de Jocie, Oliver se adentra en el departamento y se deja caer en el sillón, creo que me está dando espacio.

—¿Me extrañaste? —le pregunto. Alza la cabeza para mirarme, el huequito donde debería ir su diente se ve adorable.

—Sí. —Hace un puchero que me saca una risita.

—Jocelyn, ¿te gustan las caricaturas? —cuestiona Oliver desde el sofá al tiempo que enciende el televisor con el control remoto.

La mencionada da un brinquito y, sosteniendo mi mano, corre hacia el sillón, arrastrándome.

—¡¡Sí!! —exclama—. Me gusta Barbie.

Ella le arrebata el control a Doms, quien la observa con diversión, me dejo caer a su lado. Jocie encuentra una película de Barbie y se sienta en el suelo con sus piernas al estilo indio.

—No es justo, a mí no me gustan las caricaturas de muñecas aburridas —dice él, haciendo que ella se ponga de pie y lo enfrente con los brazos puestos en jarras, luce como una pequeña niña indignada a punto de regañar a alguien.

—Retráctate, Barbie no es aburrida, puede hacer todo lo que se proponga, maestra, veterinaria, bailarina, doctora. —Toma aire—. Por eso yo quiero ser como Barbie algún día, me gustaría ser todo de grande.

—Eso suena genial —digo—. A mí también me gustaría hacer todas esas cosas y tener ropa hermosa como la de Barbie.

—Aburrido —canta Oliver con una sonrisa maliciosa, Jocie refunfuña.

—No, nunca se aburre porque hace muchas cosas y es linda y va a fiestas y tiene mascotas para jugar y una casa con dos bañeras y un auto rosa. —Los ojos de Jocelyn refulgen como dos foquitos.

—Bob Esponja se divierte más y vive en una piña —dice él.

—Es cuadrado y habla como un pájaro chillón —sentencia la diminuta castaña elevando la barbilla—. Si mi hermana quiere ser Barbie, tu deberías ser Ken, no ese cuadrado amarillo con agujeros.

Química imparable © (AA #2) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora