Capítulo 17

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Hoy actualicé dos veces, no se vayan a saltar la parte dos del capítulo 16

Hoy actualicé dos veces, no se vayan a saltar la parte dos del capítulo 16

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El domingo me despierto convencida de que tengo que terminar esto de una vez por todas, estoy corriendo en círculos, no estoy yendo en la dirección correcta.

A las doce en punto llego a la casa de William, Rianna me recibe con una gran sonrisa, si supiera a qué he venido, seguramente no estaría tan feliz.

—Cariño, qué bueno que viniste, ¿quieres que le hable a Liam? Está en su habitación. ¿Te ofrezco algo de tomar? Hice tus galletas favoritas el otro día, creo que todavía hay algunas. —Su voz es dulce y cálida, no luce como alguien que obliga a su hijo a hacer cosas que detesta, más bien, se ve como una madre que apoya sus decisiones, pero las apariencias engañan.

—No, Rianna, no te preocupes, no demoraré demasiado —digo—. Ya sé el camino así que no es necesario.

—Me alegra que estés aquí, desde hace días Liam ha andado de malhumor, se encierra en su alcoba por horas, hoy no quiso desayunar y no ha ido a los entrenamientos. —Su frente está arrugada—. ¿Sabes si está pasando algo? Estoy preocupada porque vi un video en internet que decía que la mayoría de los jugadores universitarios se inyectan drogas para jugar, no quiero que mi hijo pase por eso.

—Liam no es de esos, Ri, no lo necesita, no tienes por qué preocuparte, seguramente está estresado.

Intento sonreír, se queda seria y luego asiente.

—Tienes razón. —Suspira—. En fin, te dejo para que vayas con él.

Me observa subir las escaleras, camino mecánicamente, conociendo a la perfección el pasillo. La puerta de su cuarto está cerrada, me planto frente a esta y la observo. Muchos recuerdos vienen a mi mente, tantas veces lo ayudé a subir porque estaba muy borracho como para hacerlo y no quería que sus padres lo descubrieran, tal vez debí dejar que lo regañaran.

Siento que he estado aquí un montón de veces, la mayoría de ellas tenía miedo de que me cerrara la puerta en la cara, casi todas terminaron así: afuera mirando esta misma puerta después de ser rechazada. Hoy vengo para algo distinto, sin embargo, la melancolía hace que me sienta justo como aquellas ocasiones.

No es fácil dejar algo que se adhirió a mi corazón por tantos años, es como un vicio; como los cigarrillos, quizá ahora entienda por qué Oliver fuma. Se necesita un tratamiento, pruebas, incluso volver a caer en él para superarlo. No sé si soy adicta a William Baker, pero sí creo que mi adicción es la autocompasión, el masoquismo, la toxicidad de nuestra relación.

Sé que no he vencido mi adicción y que me va a costar mucho hacerlo, pero al menos estoy aquí parada, dispuesta a enfrentarla, me he dado cuenta, al fin, de que debo hacer algo pues ya he tocado fondo y lo único que me queda es encontrar una salida, no puedo quedarme eternamente en el mismo pozo, tropezando con la misma piedra una y otra vez.

Química imparable © (AA #2) [EN LIBRERÍAS]Where stories live. Discover now