Día 5 - Suéter

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Fictober día 5:

Suéter

Autor: thekillerkiwi_

//menciones de NieYao y XueYao (en el pasado)

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1.

El otoño había cubierto con su manto ámbar al jardín ese año. Jin GuanYao salía cada mañana a barrer las hojas y apilarlas; no fuera que se tapara algún desagüe o los ratones del campo hicieran pequeños hogares. Su editora venía de vez en cuando a pedir algún avance con su manuscrito y siempre le decía lo mismo:

—GuanYao.. Me gustaría que trabajara más en su manuscrito que en esto.

—Es de personas efectivas realizar las labores de la casa todos los días a la misma hora, ¿sabías? —el joven le hablaba desde el jardín donde se encontraba guardando hojas en una bolsa de plástico. Su editora, una mujer alta de buen gusto y cabello incontrolablemente rizado lleva sus dedos índice y pulgar al puente de su nariz, bajo sus lentes gruesos.

—Y estoy segura que esa es la respuesta perfecta para un entrevistador en la tele. Yo soy tu editora; la novela que empezó este año merece ser terminada.

—Entonces merece ser trabajada con tiempo.. —musita el joven mientras mira al horizonte, el sol haciendo su usual descenso.

—¡GuanYao...! Debo regresar con algo la semana que entra. Su padre siempre fue un hombre muy cumplido, en sus tiempos.

El castaño volteó a verla con su típica sonrisa paciente. Una brisa pasa y revolotea su cabello y las hojas en sus pies.


—Ya lo sé; el viernes lo tendrás. ¿Quieres té?

Su editora suspira y regresa adentro; por lo menos el té de Jin GuanYao era una delicia siempre. Él podía quedarse con sus secretos si quería, con tal de recibir su manuscrito, le editora nunca le reprocharía.

*

La noche cae y la luna sale, una perfecta orbe de cristal alumbrando el futuro. Entrando al jardín, un pequeño zorro se encuentra; no hace sonido alguno, no hay hojas en su camino, solo un pequeño sendero de velas. Lo sigue, sin curiosidad; paso a paso, pie con pie, de abajo hacia arriba se transforma el zorro hasta que llega a la puerta de cristal del patio y con una mano humana toca dos veces.

Al otro lado de la puerta, Jin GuanYao sonríe. Le abre la puerta y el hombre que era zorro corre a los brazos del joven escritor. Sus alturas difieren a tal grado que el zorro debía inclinarse un tanto para poder respirar el aroma de su humano. Jin GuanYao, por su parte, es feliz de ser envuelto por tal espécimen, alto, escultural y perfecto. En un momento parecía desnudo, pro parpadea y está envuelto en ropas finas. No entendía la cuestión de la ropa pero con tal de ver a Jin GuanYao, no le importaba fingir solo un rato que era humano.

El castaño desaparece unos momentos para traer el té que había estado preparando y unos cortes de carnes frías que sabía le gustaban. Entra a la sala de su casa y la visión es etérea: el zorro recostado en su sillón, la seda cayendo como cortinas, como lluvia a su alrededor, mitad de su cabello alzado en una cebolla alta. Deja la charola con los alimentos en la mesita de la sala, como ofrenda al zorro y se sienta en el sillón frente a él.

—ZeWu-Jun —entona el título primero, una sonrisa serena en los labios—. Bienvenido seas a mi humilde hogar.

La voz del zorro es un barítono agradable.

—Gracias por recibirme una vez más, A-Yao.

El castaño inclina su cabeza, solo un poco.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now