Día 16: Encantado

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Día 16: Encantado

Autor: Mizuki Yuki

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El reino de Gusu Lan era considerado el más noble entre los cuatro grandes reinos. Regidos por valores inquebrantables y reconocidos por la rectitud de sus acciones, también se distinguían de los habitantes de otras tierras por la atmosfera mística que rodeaba a su nobleza.

En lo profundo de las montañas cubierto por un espeso manto de nubes se encontraba el castillo principal al que sólo los nobles del clan Lan podían ingresar. Aquel lugar parecía haber arrebatado del cielo, pero sin haber logrado descender al alcance de los mortales.

Las personas comunes, incluso los habitantes de Gusu Lan sólo podían ver una cara frontal de la montaña, gracias a ello los rumores se habían extendido como una leyenda. Se dice que en la parte trasera de la montaña había un jardín mágico llamado el Jardín del Destino, aquí los monarcas conocían lo que les deparaba el futuro leyéndolo sobre los pétalos de las flores. En base a esta interpretación dirigían el reino y sus decisiones de vida.

Lan XiChen al ser primogénito de Qigheng Jun fue elegido como el príncipe heredero, con ello su destino sería regido por lo que los Cielos que lo revelarían en el Jardín del Destino. Cumplidos los seis años del príncipe la primera lectura que se haría en el jardín sería para conocer a la persona con quién debía compartir el resto de su vida.

Para los monarcas de Gusu Lan era importante establecer compromisos a una edad temprana, establecer alianzas políticas a través de un matrimonio arreglado era un asunto estratégico en todos los reinos. Así que el actual Rey decidía cuál sería la unión más beneficiosa para su heredero, preguntándole a las flores.

La Familia Real se presentó ante el Jardín, el Rey Qigheng Jun; su esposa la Reina, quién cargaba a un pequeño niño en brazos, su segundo hijo de nombre Lan Zhan; Lan QiRen hermano menor del monarca y quién sería el encargado de dirigir la ceremonia y por supuesto el joven heredero, Lan XiChen.

El pequeño príncipe poco entendía, no tenía idea de lo que significaba el destino y mucho menos lo que implicaba un compromiso; aun así asistió con gran alegría e ilusión por conocer lo que le tenía deparado aquello que no comprendía cómo funcionaba, simplemente había aceptado qué debía dejar que decidiera por él su futuro.

La ceremonia se realizó solemne, con la rigurosa etiqueta del poderoso Clan. La lectura se efectuaría pronto y para ello, era el heredero quién debía elegir la flor que dictaría su destino.

Con total inocencia eligió aquella que más llamó su atención, ya que sus padres y tío le habían explicado que podía escoger la que él quisiera: una peonía blanca chispas en la nieve, fue la que tomó entre sus manos. Por órdenes de su tío miró entre los pétalos.

Una sonrisa se curvó en los labios del menor, más prominente que la que normalmente adornaba su rostro. Llevó la flor contra su pecho como si quisiera conservarla como un tesoro, pero sabía que no podía quedársela por más hermosa que fuera la visión, así que la entregó a Lan QiRen para interpretará lo que decía sobre el destino del menor.

Lan QiRen tomó con orgullo la flor, estaba seguro que para su sobrino la mejor doncella entre los cuatro reinos sería la destinada. Sorpresa más grande se llevó al descubrir quién era la persona que aguardaba por el heredero del reino.

Era la imagen del hijo de una cortesana del reino de Yumeng Jiang el que apareció entre los blancos pétalos lo que resultaba ser un insulto indignante que no podía tolerar.

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