Día 26 Amor/Desamor

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Día 26: Amor/Desamor

Autora: Chiru Less

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— Zewu jun, ¡aléjate de él ahora mismo!

Lan XiChen escuchó la orden cargada de ansiedad y súplica en la voz de Wei Wu Xian, pero no podía moverse; sus piernas y brazos se habían entumecido, su mano derecha sosteniendo su espada por inercia. Sentía el frío del metal entre sus dedos, el ensordecimiento en sus oídos, la garganta seca. Ni siquiera podía girar el cuello para encarar a Wei Wu Xian, quien parecía estar gritándole algo más que ya no alcanzaba a entender.

Sus ojos sólo estaban clavados en la figura de Jin GuangYao; mientras más lo enfocaba, más aumentaba su turbación. Vio un hilo carmesí recorriendo sus labios, cayendo por su mentón mientras retrocedía con pasos indecisos e inestables, alejándose de él. Podía notar como las manchas rojas donde había estado su brazo y ahora en su pecho, crecían conforme se movía, manchando más y más el uniforme amarillo de la secta Jin, ahora sucio y descolorido. Dio un paso hacia delante sin poder evitarlo, estirando al fin una mano hacia donde se hallaba él único hermano jurado que le quedaba, la única luz en su vida.

Pero seguía retrocediendo, sus ojos cargados de un sentimiento tan siniestro que hizo estremecer el corazón de Lan XiChen.

Y de repente, antes de que la mano de GuangYao alcanzara el ataúd que se hallaba detrás suyo, la tapa de este literalmente estalló en miles de fragmentos, alterando la escena. De la nada, una gran humareda se estableció en el lugar, como si desde un principio hubiese habido una niebla que no existía, que no era natural. Perdió de vista a GuangYao, a su hermano menor, a los demás.

— Er ge...

Inspiró bruscamente al oír el llamado lastimero proveniendo de aquella extraña neblina; entrecerró los ojos intentando distinguir algo en aquel espeso manto blanquecino, sin éxito. Extrañamente, sus otros sentidos también parecían verse afectados de manera peculiar y un tanto sospechosa. Sus oídos soltaban un suave pitido y los ruidos que lo rodeaban le llegaban como si estuviese sumergido bajo el agua, la mano que sostenía su espada confusamente entumecida, pesada. Oyó un sonido inquietante, como si alguien estuviese siendo atacado; temiendo por la seguridad del menor, se adentró un poco más en la niebla, caminando a ciegas hacia delante, perdido, ciego, aterrado.

Una mano tomó su brazo en forma brusca y firme, las dedos prácticamente convertidos en garras por la fuerza del agarre; XiChen desvió la mirada, sorprendido. Aquella fuerte mano había atenazado el brazo que sostenía la espada, pero aunque intentara moverla, no lo conseguía.

El tiempo pareció detenerse en ese instante. Los sonidos, los movimientos, incluso la neblina pareció estancarse a su alrededor. Los ojos de XiChen enfocaron su propio brazo cubierto por aquella tela blanca inmaculada, algo resaltando de inmediato sobre ella.

La mano que mantenía firme su brazo llevaba puesta un guante negro. Frunció el ceño, sin reconocerlo.

— Sácalo de aquí. Ahora.

— ¿Quién eres?

— Eso no importa. Sólo hazlo.

Lan XiChen no alcanzó a ver el rostro de aquel sujeto, pero distinguió rasgos generales: era más delgado y pequeño que él, tenía el cabello negro y le pareció distinguir un destello rojo en su mirada. La mano lo soltó tan rápido como apareció y, en su lugar, pudo distinguir a centímetros de su ubicación, un movimiento ambarino delante de él. Su mirada se desvió rápidamente hacia un costado, la sombra de aquel sujeto desapareciendo instantáneamente de su lado.

Fictober XiYaoWhere stories live. Discover now