Fictober XiYao

Día 13 - Reptiles

Fictober día 13 

Reptiles

Autor: Dayan Walker

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Advertencia: contenido R18, bestialidad.

Nadie creyó en él cuando afirmó de la existencia de una bruja en el bosque que está ubicado en la provincia de Jiangsu. Como una especie de deidad, cumple cualquier deseo si le otorgan algo del mismo valor. Un trato equivalente.

Bueno, en realidad, Meng Yao tampoco lo llegó a creerlo en un principio.

Eso que siente es el último aliento de un joven desesperado por salvar a su moribunda madre.

Siendo un joven universitario que apenas cursa su tercer año de Arqueología, cosas extrañas le toca leer para nutrirse. Quizás la carrera en su país no sea adecuadamente aprovechada como en la región Europea, pero Meng Yao se enamoró de la carrera y quiso estudiarla.

Debió haber estudiado medicina. Quizás así, su madre no estaría padeciendo en una cama delgada y maloliente en el pueblo más recóndito que tiene Lanling.

Lo único bueno de haber estudiado Arqueología es que todos los mitos leídos contienen algo de verdad.

Es por eso que Meng Yao ha gastado los últimos hilos de sus recursos, lo poco que quedaba, en buscar una solución a la enfermedad de su madre. En plena actualidad, resulta risible que alguien tan incrédulo como él pueda afianzarse a una creencia que duda mucho, exista.

Pero ya no hay marcha atrás, no cuando está internándose en un bosque deshabitado en la región de Gusu. Los lugareños pertenecientes a la Ciudad de Caiyi evitan aquel lugar como la peste porque dicen que hay una bestia gigante devoradora de hombres. Si logras llegar y vivir para contarlo, la bestia te cumplirá un deseo, a cambio pide una parte de tu cuerpo. Siempre suele ser una porción de vital importancia. Esa es la leyenda local.

Hasta el momento, no se ha podido cerciorar del asunto porque ningún hombre que se hubo internado en la búsqueda de riquezas, ha podido salir con vida del templo donde habita la bestia.

Llenándose de valor, enviando una plegaria nerviosa al aire ahora creyendo en deidades en las que nunca creyó, comenzando a caminar por el camino pedregoso que conduce al antiguo templo destruido.

Los habitantes de la Ciudad de Caiyi han estado temerosos de que un nuevo visitante quiera ingresar al templo que una vez vio gloria y poderío, pero Meng Yao decide atender la paranoia común, optando por hacer caso a sus instintos atemorizados, comenzando a caminar por las infinitas escaleras.

Para él, es como subir al cielo. Pronto la imagen de edificaciones antiguas le saludan, madera chirriante, la brisa silba y crea un sonido atemorizante. En vista de que el lugar ha estado deshabitado durante eones, el bosque pronto comienza a reclamar su territorio, dejando que la maleza crezca, arropando con la hierba las estructuras de los diferentes templos que Meng Yao contempla.

Luego de unos minutos en eterno silencio, sólo con la oscilante brisa como única compañera, Meng Yao termina de ascender las escaleras, llegando a un lago con un acantilado que al fondo deja entrever la entrada de una cueva, perdiéndose por la montaña que se alza frente a sus orbes. El sol comienza a descender y pronto se percata de que se ha tomado toda la tarde en la exploración de aquel lugar desolado.