LO QUE ERES

Capítulo 14

—Bueno, Raoulito —soltó Ricky desde su silla—, ¿y este comité de crisis a qué se debe?

—Pues a ver...

Raoul miró de reojo a Ago y él alzó una ceja. Ago sabía de sobra que la vuelta al colegio no había sido tranquila, algo que ya se esperaban, pero la cara que tenía su novio lo acababa de dejar bastante intrigado.

—Siguen viniendo padres a quejarse de Jonás, ya hasta me exigen que lo eche.

—Pero no vas a hacerlo, ¿no? —Las cabezas de Raoul, Aitana, Ricky y Ago se giraron hacia Miki, con expresiones poco amables. Miki, apoyado en la pared que separaba Dirección de Secretaría, levantó las manos a modo de disculpa—. Bueno, ya lo suponía, no me miréis así.

Ricky resopló.

—Miki, no se hacen preguntas tontas cuando estamos hablando en serio. —Se volvió hacia Raoul, dejando a Miki con la boca abierta—. Pero parecía que estaba todo tranquilo, ¿no?

—Porque fue tres días antes de vacaciones y no habían tenido tiempo de comentarlo en las entradas y en las salidas —le explicó Raoul—. Pero después de una semana de corrillos, se puso el tema en pleno apogeo y llevo esta semana entera teniendo reuniones con padres asustados por cómo tratará Jonás a los niños si es capaz de ponerse así con los adultos. Y, para acabar de rematarlo, me acaba de llamar Roberto para avisarme que han ido a inspección también.

Ago levantó la cabeza de la libreta que estaba pintarrajeando.

—No me jodas.

Su novio asintió.

—Le expliqué que estabas con él y, bueno, como ya sabía del tema de Carlota, tampoco me dijo mucho más. Vamos, más o menos vino a decir que confiaba en mi opinión.

—¿Y? —la voz de Miki sonó impaciente.

—El caso es que quiero que vayamos todos a una —dijo Raoul—. Si un padre os comenta algo, decimos que un profesor está pendiente y ya. Decimos que inspección está al tanto y hace seguimiento y, que si quieren algo más, vengan de nuevo a hablar conmigo.

—¿Y no pueden decir que si ponemos un profesor es porque tenemos miedo de que pase algo? —insistió Miki—. ¿Que es más fácil echarlo y ya?

—Yo digo simplemente que Ago está con él para que las familias se queden más tranquilas —respondió Raoul—. Que en ningún caso dudo de la capacidad de Jonás y que no voy a echar a nadie por preocuparse del bienestar de los alumnos.

—Pero saben la relación que hay entre Ago y Jonás, ¿no? —volvió a preguntar Miki—. ¿No dirán que puede taparlo?

Ago lo observó por encima de sus gafas. Miki estaba tan nervioso que hasta sintió lástima por él.

—He puesto un maestro, no un guardia —le explicó Raoul a Miki desde su escritorio—. Si no les gusta, que vayan a inspección. Roberto sabe quién es Ago y no me ha puesto pegas. O sea, que estamos protegidos con eso.

Miki asintió, aunque no pareció más relajado.

—Por lo menos los padres de Carlota no han denunciado.

Ago se dirigió a Ricky, que era quien acababa de hablar.

—No lo han hecho porque saben que no tienen nada que se sostenga. Ya se están encargando de hacer daño donde saben que lo pueden lograr.

—Oye, Ago... —lo reclamó Aitana—. Lo de Carlota... ¿Tú cómo lo ves?

Tras posar las gafas encima de su libreta, Ago se cruzó de brazos.