•14 | Glitter.

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-S-Sr. Jeon—sus ojos se amplían tan exageradamente, que comienza a temer que en cualquier momento abandonen sus cuencas de forma dramática. Como una acción automática, direcciona su interés a la camisa rosa que viste el hombre mayor frente él, y que por supuesto, es adornada por una gran mancha café en todo lo largo de su abdomen. Mierda, mierda, y más mierda—p-por dios... ¡Lo siento tanto!—exclama nervioso con el pulso por los cielos.

Sabía que no está permitido correr por los pasillos a causa de estos inesperados accidentes que se habían vuelto tan recurrentes a lo largo del tiempo, pero él en serio necesitaba llegar a ese salón de clase para terminar su asignatura, y ahora a causa de ello, tiene que buscar de una rápida solución a su gran error... ¿Qué dice? ¡Gigantesco error!

Entre temblores, abandona lo que queda de café en el suelo al no hallar donde poder colocarlo, y extrae de su mochila un pañuelo con un dibujo de un unicornio estampado que el hijo de una amiga le obsequió antes de irse de Daegu. Sin siquiera escuchar los "Está bien, no es nada" De la otra persona, se aboca a restregar o secar, como mejor parezca, la mancha de la prenda; solo logrando esparcirla más.

Se arrancaría el cabello de un solo jalón.

-Sr. Jeon perdóneme, estaba distraído y no pude verlo a tiempo... Soy un bruto, un animal, una bestia de dos patas con piojos y muchas garrapatas—se excusa asustado casi teniendo un derrame cerebral. Fantástico, no ve a dicho hombre por muchos días y resulta que el día dispuesto a que sus caminos se encuentren, tiene que poseer algo líquido en la mano y ser más descuidado de lo normal. Gracias dios.

-Está bien, Taehyung. No pasa nada—intenta tranquilizar tomando sus manos que aún se mueven con torpeza por todo su abdomen tratando de retirar una mancha que cada vez nota más grande, presiona fuerte sus palmas y obliga a detenerse finalmente. Sus miradas chocan de inmediato, y ya nada más que esa extraña conexión que ambos conservan es lo que los rodea—es solo una camisa, tengo muchas... No es nada, lo juro—asegura, sin dejar de acariciar el dorso de su mano con su dedo pulgar. Contrólate, Jungkook, contrólate.

-S-Si es mucho... Fue mi culpa, yo pagaré su camisa—dice con total seguridad, pero una vez distingue fugazmente la marca en finos hilos blancos en un costado, palidece al reparar que dicho pedazo de tela proviene de una tienda muy costosa como lo es Armani. ¿Ya dijo mierda? Bueno, mierda—o quizás no...—farfulla inaudible con muchas ganas de que la tierra se lo trague y lo escupa en el triángulo de las bermudas para así no tener que volver a sentir aquella vergüenza.

-Déjalo—Jungkook sonríe con serenidad, soltando sus manos al darse cuenta que todavía las está acariciando apaciblemente, y que ese no es momento, ni el lugar adecuado para aquello—solo es un pedazo de tela sin importancia.

-Al menos... ¡Al menos déjeme arreglar un poco este desastre!—sin detenerse a pensarlo demasiado, toma el definido brazo del hombre y lo arrastra por el pasillo hasta aquel baño que casi nadie utiliza por lo alejado que se encuentra.

Sr. Jeon | KookvWo Geschichten leben. Entdecke jetzt