•36 | Hasta las mismísimas estrellas.

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La mañana está excesivamente fría, los árboles prácticamente yacen desnudos para este punto de otoño y las personas que transitan por la calle lo hacen con más de un abrigo que los proteja de las repentinas bajas temperaturas. Jungkook no es alguien muy distinto, a pesar de que está dentro de la calidez del auto, viste un suéter de cuello alto tono ciruela que va en acompañado con unos jeans sencillos de tela clara. Sus zapatos no son otros que unos Tanino Crisci oscuros perfectamente lustrados, y el abrigo largo que no ha querido colocarse todavía, le daría finalmente el toque cubierto para este día tan especialmente helado.

Sus manos están a nada de comenzar a sudar a pesar del clima, su lengua humedece repetitivamente sus labios con nerviosismo. Quisiera decir que está que salta de la felicidad por ser este su primer día en la universidad, pero la verdad es tan alejada de ello, que no cree siquiera poder salir del auto sin que sus piernas comiencen a temblar como una gelatina. 

Desde su posición, puede lograr identificar que algunos jovencitos subes las escaleras que los llevan al interior del lugar sin problema alguno, otros tantos, se detienen para fumar algún que otro cigarrillo o conversar mientras toman de vasos alargados de café.

Notar ese detalle hace que instintivamente busque su envase de té que Taehyung preparó para él como en el últimos tiempo ha hecho, seguramente necesite mucho de eso allá dentro para mantenerse calmado de alguna manera. Vaya, 39 años cumplidos no hace demasiado tiempo y aun así puede asegurar que se siente como si fuera a vomitar el desayuno. Es como cuando habló por primera vez en una conferencia con más de 100 personas solamente atentos a él, tal cual así se siente. 

¡Es absurdo!

-Kook...

-Amor... ¿Realmente crees que me vea bien? Es decir, sé que no soy un jovencito de 21 años que absolutamente todo me va a quedar excelente, pero tampoco quisiera verme demasiado elegante. No es que odie los trajes, a decir verdad disfruto mucho ir con mi sastre personal para que los haga a mi perfecta medida y así evitar un montón de complicaciones futuras. Sin embargo... —un beso espontáneo sobre sus labios hacen callar sus palabras que están saliendo atoradas desde hace un buen rato atrás, desviando su propia mirada del parabrisas del auto a los ojitos de Taehyung junto con aquella sonrisa cuadrada que los insta a calmarse por un momento—¿Te agobie? Lo lamento... Dios, esto es tan mortificante.

-No, no. Es solo que tú mismo te estás agobiando. Mi vida... Veamos—el rubio perfectamente peinado se acomoda en el puesto de copiloto, buscando las manos del mayor para poder entrelazarlas con las suyas en su intento de brindar un poco de calma a todos aquellos nervios que son perfectamente comprendidos—respira, cálmate y piensa en todas las cosas buenas que vendrán luego de dar este primer paso. Mentalízate en que estás cumpliendo tu sueño, en que vas a conocer gente de todas las edades posibles y que vas aprender más, mucho más de lo que ya sabes. Sé que estás nervioso, pero vamos, esto no es nada que no puedas manejar. Eres sorprendentemente inteligente, amable, atento y sobre todo, con un corazón gigante. De seguro muchos allí te van apreciar como un amigo más allá de ser compañeros... Confía en ti mismo—pide suave, acariciando el dorso de sus manos con sus dedos delicados.

Sr. Jeon | KookvWhere stories live. Discover now