Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Todo empezó en la víspera de su cumpleaños número dieciocho. Había terminado de hablar con su madre por teléfono cuando se lanzó sobre la pila de almohadas que había acomodado previamente sobre su cama.
Había tenido una jornada agotadora, en medio de compras de última hora para la reunión improvisada que organizaba su tía Lauren por motivo del cumpleaños de sus sobrinos. Se había probado por lo menos cincuenta conjuntos de ropa y una cantidad inexacta de zapatos de tacón que al final no terminó por comprar.
Su tía le había aconsejado descansar porque la iba a llevar a un spa en la mañana y aunque había intentado que su padre abogara para evitar que la arrastraran a una sesión de depilación con cera al día siguiente, este había terminado pasando por alto sus súplicas silenciosas en el salón de la casa.
Helena Gray decidió saltarse la cena —algo, que últimamente hacía con bastante frecuencia— y subió a su habitación justo para atender la llamada de su dulce madre, quien por enésima vez en la semana, le aseguraba de su visita al día siguiente.
Estaba nerviosa, no iba a mentir. No había visto a su madre y a sus hermanas desde hace meses y aunque sabía que el tiempo transcurrido era poco para contarle algo nuevo a su madre de lo que sentirse orgullosa, Lena sentía esa imperiosa necesidad de demostrar siempre que era digna del afecto de sus padres.
Quizá fue aquella ansiedad que sentía lo que la hizo dar vueltas en la cama por lo que parecieron horas, y aun cuando empezaba a acercarse a la inconsciencia, la inquietud en ella seguía presente.
La última imagen que evocó su mente antes de sumergirse en un sueño profundo, fue el último encuentro familiar antes del divorcio de sus padres y el arreglo parental que llevaron a cabo hacía unos cinco años.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El monte Daleinem al norte del distrito de Paxland era uno de los sitios turísticos y de reserva histórica nacional más emblemáticos de todo Thurstine. Helena Gray había visitado aquel lugar algunas veces en compañía de sus padres, hermanos y mejor amigo.
Era una meseta de 4800 metros de altura, en cuya cúspide se hallaba la aldea de Dalei. Según los historiadores de su mundo, el monte había sido el lugar donde algunos Elementales, Brujos y Hobbard de la Era de Caos habían dado culto a las deidades como una forma de ser recompensados con su propio mundo ajeno a los humanos, que les permitiera crear un nuevo régimen de control absoluto.
