Capítulo XIII

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Capítulo XIII: Friends.

El breve, pero frustrante encuentro con Will, bien pudo haberle quitado el sueño, pero lo cierto fue que aquella noche del martes, Helena descansó como no lo había hecho en semanas, aunque no entendía cómo toda la tensión e inquietud en su cuerpo ...

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El breve, pero frustrante encuentro con Will, bien pudo haberle quitado el sueño, pero lo cierto fue que aquella noche del martes, Helena descansó como no lo había hecho en semanas, aunque no entendía cómo toda la tensión e inquietud en su cuerpo se lo permitían.

Para Lena era tan molesto como impresionante que la única persona que parecía realmente poder entender lo que le sucedía, era aquel chico que tantas veces había profesado odiar.

No quiso decirle nada a Sara cuando la rubia la vio llegar enfadada al dormitorio, porque sabía que la pondría en una situación difícil, a medio camino entre entender el malestar de su mejor amigo y comprender la confusión que estaba asfixiando a su hermana.

Cuando la mañana del miércoles llegó, el fastidio que le provocaba aquella situación, seguía bastante presente. Sus amigos la vieron devorar su desayuno con sus cejas oscuras fruncidas y la nariz ligeramente arrugada, pero ninguno preguntó nada porque parecía una bomba de relojería a punto de estallar, por mucho que se esforzara en demostrar lo contrario.

Le sacó tema de conversación a Wade, pero el castaño no se perdió la forma en la que Lena dejó de prestarle atención para fulminar con la mirada a un recién llegado Will Burke. Lee Ann también lo notó y distrajo a Wade para que pasara por alto a su amiga.

El resto de los chicos, lo pasaron desapercibido.

Lena no podía creerlo. Estaba justo ahí, a unas mesas de la suya, rodeado de sus amigos y carcajeándose de algo que había dicho Sara. No había rastro alguno de la demacración o la desesperación que parecieron adueñarse de él la tarde anterior. Estaba impecable, luciendo tan sano y tan vigoroso como siempre, incluso... feliz. Lena no entendía cómo aquello era posible.

Si estaba tan afectado como ella por toda aquella situación —y Lena sabía que lo estaba—, lo disimulaba bastante bien.

La pelinegra estaba absorta en sus pensamientos, maldiciendo su existencia, la habilidad que tenía de aparentar que todo estaba bien, y aquella risa suya que podía escuchar muy bien, incluso a la distancia.

Llevó una cucharada de cereales a su boca y la masticó. Usualmente, escogía los aros de colores porque sabían a fruta, pero en aquel momento ignoró que no le sabían a nada. Empezó a notar que las voces de sus amigos le llegaban distorsionadas, pero se dio cuenta de que algo andaba mal, cuando vio a Will soltar otra risotada y fue incapaz de percibir el sonido.

De hecho, no escuchaba nada.

Sus ojos se deslizaron a Sara, quien hablaba en medio de sonrisas divertidas, pero no le llegaba el rumor de su voz. Giró la cabeza hacia sus amigos; Wade hablaba con Lee Ann, justo a su lado; podía verlo mover los labios, pero no era capaz de escuchar lo que decía. No había nada.

En medio de aquella cafetería, donde sucedían tantas cosas al mismo tiempo, y siempre había mucho ruido, Helena era incapaz de oír sonido alguno.

Vio a Aris golpear sus orejas con sus palmas, a Lia chasquear los dedos cerca de su oído y a Lee Ann mirar a su alrededor confundida, como buscando entender por qué ellos tampoco podían escuchar nada, su mirada sorprendida deteniéndose en Wade, que seguía parloteando a su lado.

La Niña de las Pesadillas.On viuen les histories. Descobreix ara