Capítulo XIV

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Capítulo XIV: Dangerously.

Elai Will Burke era un jovencito sociable

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Elai Will Burke era un jovencito sociable. Descarado y de cierta manera manipulador. Alguien obstinado e inteligente que siempre buscaba salirse con la suya. Era un chico que sabía aprovechar las oportunidades que se le cruzaban en el camino y que no temía usar sus encantos para llegar hasta las últimas consecuencias. La gente solía llamarlo tener una mente malvada. Él lo llamaba estrategia. Era muy estratégico y calculador a la hora de actuar o hablar. Pocas cosas lo hacían perder la compostura —si obviamos la sola existencia de cierta niña de rizos azabaches— y pecar de imprudente. Era, como le gustaba llamarse a sí mismo, el rey de la astucia, solo que aún era muy joven, por lo que podría ser más bien un príncipe preparándose para tomar un trono.

Convirtiéndose en algo que prometía mucho más.

Pero por sobre todo, Elai Will Burke era un chico muy curioso.

Su madre solía decirle todo el tiempo que algún día, su excesivo interés en las cosas, lo metería en un problema tan grave del que ni su dinero, ni sus influencias podrían sacarlo.

Aún así iba a correr el riesgo de ser suspendido aquella tarde en la que se celebraba la fiesta de apertura en Zilhardt.

El pelinegro miró a su alrededor para confirmar que se encontraba solitario aquel pasillo del cuarto piso, antes de empujar las puertas de la biblioteca y escabullirse dentro. Keira Napoli, la bibliotecaria había dejado su lugar de trabajo para ir a los stands de la feria en el primer piso. Y es que, ¿qué joven en su sano juicio hubiera elegido ir a la biblioteca en lugar de disfrutar del festival?

Bueno, aparentemente uno al que le gustaba meter sus narices en todo.

—Will, recuérdame por qué no estamos dirigiendo las apuestas clandestinas en las carreras de caballos.

Y por supuesto, también estaba, su inseparable mejor amigo y compañero de travesuras. Un niñato dhampir que era como la garrapata del mismísimo Will; Aaron Levi, su propio primo.

O a lo mejor, la garrapata era Will...

—Ya te lo dije, Ron, estamos en camino a descubrir algo más interesante que el hecho de que algunos novicios de cuarto ya dirigen dichas apuestas.

—Igual podríamos hacer apuestas clandestinas de las apuestas clandestinas.

—Eso no tiene ningún sentido, Ron.

—Tiene todo el sentido del mundo —objetó siguiendo a su primo al interior de la biblioteca vacía—. Estaríamos estafando a los estafadores.

Will sonrió de medio lado y negó con la cabeza siguiendo con su camino hacia las estanterías que especificaban bastante bien en los letreros, eran para novicios de cuarto año.

—Te prometo que la literatura medieval es más interesante que el lodo y las herraduras —farfulló Will divertido.

—Lo dudo mucho, la verdad. —Aaron, al igual que su primo ignoró las advertencias y observó con lo que parecía terror las estanterías que iban casi hasta el techo, repletas de libros gruesos y en su mayoría, viejos—. Yo nunca voy a entender cuál es el encanto de un lugar como este. Estos pasillos parecen el escenario perfecto para llevar a cabo un asesinato.

La Niña de las Pesadillas.Where stories live. Discover now