Capítulo VIII

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Capítulo VIII: Girls Like Us.

Lena se encontraba terminando unos arreglos de un ensayo que tenía que entregar el lunes

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Lena se encontraba terminando unos arreglos de un ensayo que tenía que entregar el lunes. Su clase de estudio de los Acuerdos le gustaba bastante. No tenía nada que ver con que el maestro Tanner tuviera cinco doctorados en ciencias políticas y dictara la clase con una gracia increíble. En realidad Lena se sorprendió al descubrir que su verdadera motivación para implicarse tanto con la materia, era ver el rostro de su profesor.

Le daba vergüenza admitirlo, pero le parecía guapo.

Mandó el trabajo a imprimir, y se colgó la toalla al hombro mientras dejaba la impresora funcionando. Salió de su compartimiento y se topó de bruces con Sara quien venía entrando a la habitación.

Su hermana se había despertado temprano y había desaparecido, como era costumbre en ella los fines de semana. Lena se había quedado un rato más durmiendo y cuando despertó, no la encontró en el dormitorio.

—¿Vas a algún lado? —Cuestionó dándole un repaso a su aspecto. Sara tenía el cabello rubio atado en una cola de caballo alta, con dos mechones que caían a ambos lados de su rostro. Se había maquillado con tonos cálidos y tenía un labial rosa palo que le sentaba muy bien. Sus ojos azules estaban delineados y sus pómulos se veían más marcados debido al suave contorno que tenía. Vestía una falda de jean de cintura alta y una camisa blanca atada a la cintura.

La rubia sonrió ante la expresión de su hermana y dio una vuelta sobre sí misma modelando su atuendo.

—¿Qué tal me veo? —Preguntó con una sonrisa extasiada. Lena parpadeó.

—Bonita —respondió escuetamente y Sara hizo un puchero. Solo a ella se le vería adorable ese ridículo gesto.

—La próxima vez miente con más esmero.

—No te estoy mintiendo —dijo Lena y le sonrió forzadamente—. Te ves muy bien.

—Bueno, gracias —dijo volviendo a sonreír contenta. Lena pensó que parecía un rayito de sol.

—¿Vas a algún lado? —repitió Lena mientras se sacaba el buzo de la pijama. Sara se sentó en el sofá y tomó un espejo que había sobre la mesita de centro y se retocó el pintalabios.

—Vamos —corrigió la rubia sin mirarla—. Acabo de encontrarme con Lee Ann en el pasillo y acabamos de organizar una tarde de chicas: un picnic en el jardín.

—¿Qué? —Inquirió Lena pasmada. ¿Desde cuándo Sara y Lee Ann eran amigas y hacían planes?

—Así como lo oyes. Así que date prisa que quedamos en media hora en el lobby —dijo y Lena la miró consternada. Su hermana se metió a su habitación ignorándola y Lena decidió meterse al baño, donde se tardó cerca de una hora entre hacer sus necesidades, exfoliarse la piel y llevar a cabo su rutina de cuidado fácil. Y bueno, para fastidiar a Sara, quien llevaba exactamente media hora gritándole desde afuera con histeria.

La Niña de las Pesadillas.Where stories live. Discover now