Capítulo II

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Capítulo II: Demons.

Su cabeza estaba cargada de dudas y sentía que iba a desmayarse de nuevo en cualquier momento debido a la conmoción, pero todavía fue capaz de caminar hacia el salón y volver a la fiesta

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Su cabeza estaba cargada de dudas y sentía que iba a desmayarse de nuevo en cualquier momento debido a la conmoción, pero todavía fue capaz de caminar hacia el salón y volver a la fiesta. Le resultaba hilarante el ambiente tan glorioso y lleno de euforia en contraste con su estabilidad mental, que pendía de un hilo.

Se obligó a tomar un vaso de agua y a mantener la calma, si alguien llegaba a notar lo alterada que estaba se iba a liar gorda; principalmente porque no le gustaba la atención, pero también porque no sabía cómo idear una mentira para tranquilizar a todos, porque desde luego, decir lo que sucedía en realidad, no era una opción.

Lena estaba perturbada, sentía una agitación en su pecho que solo podía ser producto de la incertidumbre e inquietud que la corroía. Pero Lena siempre fue buena ocultando su realidad al mundo. Como aquella vez que les dijo a sus padres que estaba bien con su divorcio y que ya lo había superado, cuando lo cierto era que todas las noches cuando estaba sola en su habitación, lloraba por la ausencia de su madre, hasta quedarse dormida.

A Lena no le gustaba mentir, pero era muy buena en ello. Tampoco era buena comunicando las cosas, pero no quería asustar a nadie más con toda aquella situación.

Por fortuna, Wade fue invitado a bailar no solo por June Sheeran, sino por otras chicas más y Aris, que al parecer ya había terminado su cena, estaba también bailando; de esa manera ella no tuvo que carcomerse de las ganas de contarles lo que sucedía. Por las deidades, ellos se contaban todo. Y por fortuna también, el resto de los chicos por ahí o le tenían miedo, o la detestaban, o sabían que odiaba la invasión del espacio personal, por ende nadie la invitaba a bailar.

Su tía Lauren, su madre y el resto de personas que bien podían presionarla a socializar, estaban demasiado ocupados socializando ellos mismos. Y mientras todos ignoraban que existía, Helena Gray se ahogaba en desconcierto por no entender qué sucedía, de ansiedad por las posibles respuestas que ella misma daba a sus preguntas y de absoluto terror cada vez que la conversación que escuchó entre su padre y Baru se repetía en su cabeza.

Pudo calmarse y su habitual expresión impasible se adueñó de su rostro. Se obligó a mantenerse serena y fue así que pudo sobrevivir al resto de la velada. De alguna manera había conseguido charlar con algunos invitados cuando se acercaban a saludarla, había visto a su padre regresar al salón con una impecable sonrisa que Lena sospechaba que no sentía. Había soportado abrazos de sus familiares y uno que otro beso en la mejilla de los invitados más osados. Sin embargo, su logro más destacado de la noche fue fingir una sonrisa mientras se paraba en medio de Sara y Aris al frente de la mesa del pastel y apagaban las velas mientras los demás invitados le cantaban la tonta canción de cumpleaños mundana.

Su deseo había sido dejar de sentir tanto miedo.

Su deseo había sido dejar de sentir tanto miedo

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La Niña de las Pesadillas.Where stories live. Discover now