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El fin de semana transcurrió sin muchas novedades. Lena se la pasó encerrada en su habitación leyendo sus más recientes adquisiciones de la biblioteca y frustrándose cada vez que terminaba un capítulo y nada de lo que leía le aclaraba ninguna duda.
Las energías oscuras eran aquellas que desafiaban el balance natural y existían muchas prácticas y dones que provenían de estas. La magia negra y el vampirismo, por ejemplo. Pero a Lena le resultó muy interesante leer más sobre el origen de los nefilim.
Los nefilim eran una de las razas de la tríada hibrida, junto a los hobbard y los dhampir.
Provenían de la mezcla ancestral entre los humanos y los ángeles caídos, que habían sido demonios que habían recorrido la tierra hacía muchísimo tiempo atrás. Sus andanzas por el mundo humano databan de algunos siglos después de la creación de los mismos vampiros, cuando las deidades terrenales empezaban a influir directamente en la naturaleza debido a la fuerte turbación de energía negativa que se propagaba entre la humanidad.
Los ángeles caídos, una paria celestial que había sido expulsada del mismísimo cielo, conservaron su encanto celestial, pero ante el destierro, sus dones se transformaron en algo oscuro e invasivo.
Cuando empezaron a procrear con los humanos, los nefilim hicieron aparición. Con los mismos dones de origen demoníaco que sus progenitores caídos, pero con una esencia muchísimo más pura que la mayoría de demonios que habían pisado la tierra, pues no se podía ignorar su parte humana y el halo celestial que había pertenecido a los ángeles en algún momento.
Cuando las deidades se tomaron la tarea de erradicar a los demonios de la faz de la tierra, porque desequilibraban el balance natural, le perdonaron la existencia a los nefilim, pero intervinieron en su divinidad y aunque no pudieron erradicar por completo la energía oscura que los rondaba, sí los mantuvieron al margen de sus dones hasta que estuvieran seguros de que no representaban un peligro significativo para los humanos.
Aunque ya no existieran ángeles caídos, los hijos que estos habían engendrado podían seguir creando nefilim y fue por eso que la raza se extendió tanto.
Cuando los vampiros se enteraron de la existencia de su raza y que aunque eran de alguna manera humanos y más débiles, sus poderes podían doblegarlos; emprendieron una iniciativa por cazarlos y matarlos, cuando se dieron cuenta de que al convertirse en vampiros sus poderes desaparecían.
Luego de eso, aparecieron los dhampir —errores de los mismos vampiros— y más tarde también los hobbard devagume, de manera que se instauró un nuevo balance natural y las razas híbridas, respaldadas por los brujos y las deidades se encontraban en la lucha contra los vampiros.
Lena sabía que aunque los nefilim eran una raza social y políticamente aceptada, todavía se le guardaba cierto pudor. No se podía ignorar tan fácilmente que una parte de ellos eran demonios muy poderosos. Con debilidades humanas, ciertas limitaciones y desventaja física frente a los dhampir y los vampiros. Pero no por eso dejaban de tener dones como volverse invisibles, poder curvar el tiempo y el espacio, y manifestarse voluntariamente en los sueños —solo aplicaba para humanos, dado que los submundos no soñaban— y pensamientos de los demás, entre otras cosas. También podían practicar la posesión, pero desde hacía un tiempo estaba prohibida.
