Capítulo V

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Capítulo V: A Whole New World.

En su casa había una iluminación que se asemejaba a lo precario si se ponía en contraste con la que había en aquel gigantesco paraninfo

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En su casa había una iluminación que se asemejaba a lo precario si se ponía en contraste con la que había en aquel gigantesco paraninfo. Todo estaba perfectamente iluminado, las luces led de color blanco llenaban de luz cada rincón de aquella instancia, dándole un aspecto de pulcritud innato.

Helena Gray había nacido rodeada de lujos y comodidades, ella y su familia conocían lo que era el exceso, pero incluso para alguien como ella, que llevaba un uniforme con telas de alto coste, bordados finos, calzado italiano y que en general cargaba con ese porte de niña rica, el derroche de todo aquel lugar le resultaba impresionante. Pisos y columnas de mármol, candelabros con una cantidad cegadora de luces led y puertas y ventanas de cristal. Había cuadros de pintores que ella reconocía fácilmente por haberlos estudiado minuciosamente en sus clases de historia del arte humano y todo se veía tan bien cuidado y limpio que por momentos se preguntaba qué tanto invertían a la imagen de ese lugar.

Lena sabía que ese lugar era junto con las instalaciones del Consejo Winnex, uno de los lugares más valiosos de todo Thurstine, pues en ese instituto se formaba gran parte del futuro de la nación, por lo que aunque le resultaba fascinante, no le extrañaba en lo absoluto.

La escuela de formación para jóvenes submundos Zilhardt era un complejo de tres castillos de estilo gótico, rodeados por extensos jardines y bosques que le añadían un toque a la majestuosidad del lugar. Para llegar desde la entrada a las puertas dobles del castillo principal, Lena había caminado, por lo menos, 200 metros. El vestíbulo era lo suficientemente grande como para albergar a todos los novatos que iban llegando y miraban alrededor asombrados con todo lo que veían. No era para menos.

La escuela era una pasada.

Lena había llegado con sus hermanos, tras despedirse de sus padres y de Ela en el enrejado de la entrada y le habían encargado su equipaje al personal de bienvenida, que no eran sino un grupo extenso de brujos que realizaban el registro, corroboraban que los estudiantes tuvieran sus matrículas en orden y les hacían entrega del itinerario del primer día, sus insignias de novatos, sus horarios del curso y sus tarjetas llaves para los que serían sus dormitorios.

Todo estaba tan bien organizado, que Lena no había tenido tiempo de pensar en otra cosa que en su entusiasmo por finalmente estar ahí.

Sin embargo, no iba a negar el evidente rechazo que sentía hacia el hecho de ver que todos estaban uniformados, a Lena le generaba un poco de molestia tener que vestir igual a todo el mundo. Pero cuando Wade llegó, sus ánimos se aplacaron un poco.

—Acabo de escuchar que este año les harán pruebas físicas a los novatos para que entrenen en las ligas menores del equipo de fútbol —comentó el castaño con una sonrisa ladina.

— ¿Hablas en serio? —inquirió Aris con los ojos brillando de emoción.

— ¿De dónde sacaste eso? —Esa era Sara, quien a decir verdad, no lucía tan entusiasmada como cualquiera esperaría por estar en Zilhardt.

La Niña de las Pesadillas.Where stories live. Discover now