Capítulo 4

7 2 23
                                    

—¿Entonces él es Hades? —Richard preguntó mientras lo acariciaba—. Es hermoso, se parece mucho a su dueño, ¿verdad que sí, Hades?

—Gracias, Richard —respondí siendo un poco seco.

—No sabía que estabas en un país tan bello como lo es México —cambió el tema, ignorando por completo mi comentario tan poco cariñoso con él.

—¿Cómo me encontraste?

—Le pregunté a Lezley dónde estabas; en esta ocasión, me dijo dónde, al contrario de cuando estabas en París y yo en Suiza, ¿te acuerdas? —Lezley hizo bien en no dejarme hablar con él porque me estaba hiriendo a mí mismo; se lo comenté a Richard y a él no le pareció tan divertido como a mí me parecía—. Creo que nunca vas a entender que yo también sufrí mucho por ti cuando tuve que dejarte dormir tranquilo, porque yo iba a otro país, por órdenes de mi padre. Creo que tú no sabes que fueron noches enteras las que estuve llorando y suplicándole a papá que me dejara volver a París; pero nunca tuve una buena excusa para él, ya sabes que para ellos todo lo que importa es el dinero —me explicó mientras lo veía asombrado por lo que me estaba contando—. No podía decirle a mi papá lo que realmente siento y a quién realmente amo; ahora sí puedo hacerlo.

—¿Ya sabe acerca de tu orientación sexual?

—Sí —sentí que eso fue como un verdadero puñetazo en la entrepierna—. No lo tomó nada mal, dijo que es normal que los adolescentes tengan este tipo de cambios y que los gustos van evolucionando; también le conté de ti —la buena noticia fue que no estaba comiendo, porque de lo contrario me estaría atragantado con la comida y hubiera terminado escupiéndola en el piso para después limpiarlo.

—Espera, es que no entiendo mucho de lo que estás diciendo; simplemente esto es increíble porque nunca nos imaginamos que tu papá lo tomaría tan bien que yo fuera la razón por la que ya no pudieron hacer negocios los padres de Jessie Jones y los tuyos —tal vez sí fue un poco enredado lo que dije, pero lo importante fue que me entendió—. ¿Qué le contaste sobre mí? —pregunté viéndolo a los ojos muy fijamente.

—Eso no importa —volvió a sonreír de esa manera que él sabía que me encantaba que me sonriera—. Mi papá te quiere conocer, dijo que se lamenta por mandarme a trabajar a Suiza y que él nunca me hubiera mandado a trabajar si hubiera estado enterado de nuestro romance.

—¿O sea que pudiste haberle dicho y me habría evitado tantas lágrimas? —comencé a reírme por lo bajo y a soportar un llanto de lágrimas de lluvia ácida, lloré mucho por él, sí; pero valió la pena, cada maldita lágrima lo valió.

—Muy bien, sí, no lo hice; pero solo te pido una cosa: entiéndeme, por favor —Richard de nuevo estaba haciéndose el fuerte a pesar de que ambos sabíamos que se quería derrumbar—. ¡Estaba asustado y no sabía cómo iba a reaccionar mi papá después de decirle que soy gay!

—¿Qué cosa dijiste que eres, perdón? —¿por fin Richard estaba admitiendo que era gay?—. De nuevo: ¿pudiste haberle dicho a tu padre acerca de nosotros dos y pudimos haber estado juntos en Francia, Suiza e incluso pudiste haberle contado sobre tu verdadera orientación sexual?, pero en serio: ¿eres qué?

—Gay —repitió y yo abrí la boca muy grande, formando una exclamación—. Y, por favor, te pediré que dejes de echarme la culpa con respecto a decirle o no a papá, estaba muy asustado. Por cierto, no digas nada, ya puedo imaginarme a Jessica cantando esa canción que habla sobre una expareja que resultó ser gay, lo cual dudo mucho porque ella lo supo cuando le hablé de ti en Itaville cuando fue a mi casa y se armó todo ese embrollo en Apple White en el funeral o despedida de Marcus Miller —Richard se echó a reír—. Creo que lo único lindo que me has dicho ha sido que me extrañabas, Louis Gerald, ¿qué pasa? ¿Todo en orden?

Anochecer Tras El Amanecer (Dylan's Version)Where stories live. Discover now